El hombre fue destinado por Dios para ser templo del Espíritu Santo. Pero su rebelión dejó que los espíritus inmundos dominen su cuerpo, su mente y su alma, pero mientras tanto, el Señor concede Su Espíritu a quien lo busca.
El bautismo con el Espíritu Santo es considerado como la segunda bendición, pues se produce después de la salvación, después de la entrega y de la liberación. La persona debe buscar ardientemente este bautismo.
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Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo