Carta a la Iglesia de Sardis (Parte 2)

La experiencia nos ha demostrado que cuando los espíritus inmundos toman posesión de la mente de las personas, ellas pueden controlar todo el cuerpo y hacer del mismo instrumento inmoral del placer, además de robar, mentir, engañar, odiar y todo lo más concerniente a la obra del diablo, pero aún así la liberación de esa persona no es difícil; sin embargo, cuando ellos toman posesión del corazón de la persona, ahí la liberación se vuelve más compleja, teniendo en cuenta el hecho de que el centro de las emociones de aquella persona está controlado por la fuerza del mal. Para esa es mucho más difícil entender el mensaje de amor de Dios, aunque eso no significa decir que sea imposible. Pero cuando se trata de personas que fueron liberadas y se convirtieron al cristianismo y permitieron, por un motivo o por otro, que sus corazones fuesen afectados por el espíritu de este mundo, entonces la reconversión se vuelve imposible. Es justamente eso lo que la Biblia nos enseña, diciendo:

«Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio» (Hebreos 6:4-6).

«Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti» (Apocalipsis 3:3).

En varias ocasiones el Señor Jesús advirtió a Sus seguidores con respecto a Su Segunda Venida; Él nunca dijo cuándo, pero siempre dejó claro que será repentino, de sorpresa, como cuando viene el ladrón. ¿Y cuándo el ladrón viene? Nadie sabe. La segunda Venida de Nuestro Señor Jesús puede ser bien comparada con la muerte: ¿Cuándo será nuestro último instante de vida? ¿Quién puede decirnos cuánto tiempo nos resta? De la misma forma como nadie sabe cuándo se pasará para la eternidad, así también será la Venida del Hijo del Hombre. Y lo más importante que todo es estar preparado; es saber si el perdón ofrecido gratuitamente por el Señor ya fue aceptado y si hay certeza de salvación eterna. Nosotros precisamos tanto estar preparados para pasar a la eternidad, o para la Segunda Venida de nuestro Señor Jesús; porque tanto la primera como la segunda serán inesperadas.

Continuará…

Si le interesa lea también: Carta a la Iglesia de Sardis (Parte 1)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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