Cómo recibir el Espíritu Santo (Parte 1)

El mayor regalo de Jesucristo a sus seguidores fue la poderosa infusión del Espíritu Santo. Cristo recibió el Espíritu Santo al ser bautizado por Juan Bautista; los apóstoles lo recibieron en el Cenáculo, las mujeres que seguían a Jesús lo recibieron; cada uno de los 120 que estaban presentes en el Cenáculo; recibió el Espíritu Santo, cada una de las 3.000 personas que oyeron a Pedro predicar su sermón en el Día de Pentecostés recibió la promesa de la infusión del Espíritu Santo. Todas esas personas fueron bautizadas con el Espíritu Santo y precisaron de Él. Si esas personas lo precisaron, entonces usted y yo también precisamos de esa bendición.

Cada persona que fue bautizada con el Espíritu Santo cuenta su propia experiencia, y cada una es diferente de las demás. Una persona, para tener la plenitud del Espíritu Santo, precisa antes de todo estar vacía de sí misma; vacía de tradiciones y preconceptos religiosos, vacía de todo lo que impide una buena relación con Dios. Debe haber un deseo profundo en la vida de cada cristiano, para ser revestido con el Espíritu Santo.

Debe haber una meta establecida para el fiel buscador del Espíritu Santo. Se debe conocer el plan de Dios para el cumplimiento de esa promesa. El Espíritu Santo fue enviado para sustituir a Cristo. Si alguien quiere buscar ese bautismo y no está dispuesto a seguir a Jesús, su esfuerzo será inútil.

Una persona sin meta y que busca al Espíritu Santo sólo por vanidad corre el serio peligro de ser engañada por un demonio que se hace pasar por el Espíritu Santo. En cierta ocasión oré por un grupo de personas y en una reunión de liberación ordené que los demonios que se hacían pasar por el Espíritu Santo saliesen de aquellas vidas. Llegué a quedarme sorprendido al ver decenas de personas con apariencias de cristianos piadosos manifestando los más terribles demonios.

Amigo lector, si usted desea ser bautizado con el Espíritu Santo, esté atento a las palabras que siguen, escritas por la Sra. Gordon Lindsay:

¿Cómo alguien puede estar lleno del Espíritu Santo? Comencemos por el más citado pasaje pentecostal de la Escritura: Hechos 2:4. “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. ¿Quién comenzó a hablar? Algunos responden: “El Espíritu Santo”. Sin embargo, no es lo que dice la Escritura. Lea el versículo nuevamente. Él dice: “Todos (ellos) comenzaron a hablar”. Cierto hombre objetó: “Mire, si sólo yo hablo es la carne entonces la que habla”. Exactamente eso, hasta que usted tenga un cuerpo inmortal, será la carne quien hablará. Cuando vaya al cielo no necesitará usted más hablar en lenguas. Pero aquí es donde entra lo sobrenatural: “… según el Espíritu les daba que hablasen”.

Continuara…

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