En qué se debe pensar o hablar (Parte 5)

El mayor problema no son las emociones o los sentimientos, ni siquiera el corazón. Lo peor es que, cuando una persona ha sido engañada por los sentimientos o por las emociones, obligatoriamente tomará actitudes concernientes a su propia vida sobre aquel engaño. Y ahí será el caos para ella. Es por eso que la gran mayoría de los matrimonios son deshechos, los hogares destruidos, niños abandonados, suicidios cometidos, etc.

Alguien dijo “que ve mejor quien es ciego”. Realmente esto no está lejos de la realidad, pues Eva ya había visto aquella fruta prohibida muchas veces y nunca deseó tocarla; sin embargo, el diablo provocó sus sentimientos para hacerla tomar la decisión que él quería. Manipulando las emociones de ella, hacia sus objetivos. Es el ejemplo de la ropa bonita en el escaparate, que no tiene la misma belleza cuando ya se posee.

La sensibilidad profunda del ser humano no es mala, sin embargo, necesita tener un autocontrol de sus emociones y analizar bien sus sentimientos para no ser engañado por su propio corazón. Es justamente en este aspecto que la palabra de Dios nos exhorta en cuanto a los peligros del corazón sin la dirección del Espíritu Santo. Por este motivo el discípulo del Espíritu Santo tiene que tener Su orientación continua, porque de lo contrario, con seguridad se perderá en medio de tantos engaños de este mundo.

La persona muchas veces es engañada por su fe emocional, y piensa que realmente es cristiana, sólo porque es diezmista, da ofrendas, fue bautizada en las aguas, frecuenta la Iglesia con asiduidad, etc. ¡No! ¡Nada de esto es suficiente para garantizar su salvación! ¡Muchas veces cambia sus hábitos antiguos por nuevos, pero su corazón continua igual! No hay otra manera, ¡la persona tiene que nacer de nuevo!, tiene que nacer del agua (Palabra) y del Espíritu Santo, lo que significa que tiene que tener una experiencia propia y real con el Señor Jesús, a través del Espíritu Santo.

Imaginemos ahora, cuando nuestro corazón es bombardeado constantemente, casi sin interrupción por las emociones provocadas por las artes mundanas, tales como: cine, televisión, música, teatro, literatura, etc., por los deportes: fútbol, baloncesto, tenis, etc. ¡Y finalmente por las religiones! ¡Lo que ese bombardeo no será capaz de hacer! Por eso mismo, el Señor Jesús dijo que del corazón proceden los malos designios, pues una vez que se reciben las emociones y sin darse cuenta, se toman actitudes en relación a ellas, sin percibir que, con toda seguridad hará fructificar todo el mal, no sólo en la propia vida, sino también en la de sus semejantes.

Continuará…

Libro: El Discípulo del Espíritu Santo.

Autor: Obispo Edir Macedo

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