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Ganar el mundo entero y perder el alma (Parte I)

Ganar el mundo entero y perder el alma (Parte I)

Recuerdo cuando era joven y tenía muchos sueños y proyectos personales. Estudiaba para hacer el examen de ingreso a la facultad y pensaba en conquistar muchas cosas, como casarme, constituir mi familia y tener mi profesión. Pero, un día, estaba caminando hacia el trabajo y el Espíritu Santo me habló claramente: “¿De qué sirve ganar el mundo entero y perder tu alma?”. Dios me llevó a pensar con sabiduría en el futuro de mi alma, pues el futuro de mi cuerpo ya lo conocía. Tarde o temprano, mi cuerpo descenderá al sepulcro; sin embargo, mi alma es lo realmente precioso que tengo, pues durará por toda la eternidad. Por eso, el Señor Jesús me dijo: “¿Qué dará el hombre a cambio de su alma?” (Mateo 16:26).

A partir de ese día, entendí perfectamente el valor de mi alma y que existe una batalla diaria entre la luz y las tinieblas por cada alma en este mundo. Por eso, he trabajado incansablemente para cuidar mi salvación y hacer que las personas dimensionen el valor de lo que tienen dentro de sí.

Muchos piensan que nacieron pobres porque vinieron al mundo en una familia sin posesiones, pero ese pensamiento es un gran engaño.

Cada persona carga dentro de sí una riqueza extraordinaria: su alma. Esta es un tesoro deseado por Dios (para habitar y salvar) y por el diablo. Solo que, para Satanás, el alma humana no tiene valor, pues él no gana nada cuando lleva a una persona al infierno. El interés de Satanás por el alma humana tiene solo un objetivo: vengarse de Dios.

Desde que Lucifer fue expulsado del Cielo a causa de su rebelión, ha trabajado para distanciar al ser humano de Dios.

Satanás envidia al hombre porque este puede habitar con Dios, mientras que él mismo ya no tiene esa posibilidad.

Por eso, hay un proceso maligno para enredar a las personas, volviéndolas ciegas y ambiciosas por las conquistas en este mundo en detrimento de la salvación de su propia alma.

Muchos sueñan y trabajan arduamente para tener muchos bienes aquí en la Tierra y, al conquistarlos, estos se tornan su mayor tesoro. Es común oír a las personas que digan que su casa o sus inversiones son su mayor patrimonio. Otros afirman que su familia o sus hijos son su mayor riqueza.

Solo que, en este proceso de “ganar el mundo”, o sea, de que sus sueños sean realizados, muchos pierden su propia alma. (Sí, el alma se pierde en vida para que, después, en la eternidad, esa pérdida sea de manera definitiva.)

Es necesario reflexionar en el precio de cada conquista, pues existen los que están realizando todos sus anhelos (como comprar, viajar, tener muchas relaciones y divertirse), pero están perdiendo sus valores, su esencia, su fe, su temor a Dios.

Continuará…

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Libro: Secretos y Misterios del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo