Su pareja le reprochaba el hecho de que aún no tuvieran un hijo juntos

María Galindo sufría de maltratos y humillaciones por parte de quien fuera su pareja, en cada oportunidad que podía la corría de casa, esto la hacía una mujer infeliz. En su hogar los vicios marcaban los días, su esposo no contemplaba dejar la bebida y cada vez que tomaba se tornaba violento y su carácter explotaba de tal manera que la dejaba acorralada y llena de miedo.

A María Galindo su pareja le reprochaba el hecho de que aún no tenían un hijo juntos, esto la devastaba como mujer por lo que rompía en un largo llanto. La falta de respeto por parte de su esposo era tan vil que llegaba incluso a insinuarle la posibilidad de acostarse con sus amigos a cambio de dinero.

María tomó la dura decisión de abrirse paso en la vida y abandonar aquel hogar donde se sentía usada, estaba dispuesta a luchar por un cambio total en su vida. Hasta que se le presentó la oportunidad a través de una amiga de conocer la Iglesia Universal donde recibió la orientación para aprender a usar la fe y encontrar a Dios quien la ayudó a limpiar su corazón para que estuviera lista para perdonar y seguir adelante.

Testimonio María Galindo.

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