Antes de leer este artículo, por favor pregúntese: ¿Qué recibe uno de la Biblia?
La Palabra de Dios nos orienta así: “Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales” (1 Corintios 2:12-13).
Según la Palabra, nosotros recibimos, a través del Espíritu Santo, palabras con pensamientos espirituales que no provienen de la sabiduría humana. Esta es la fe bíblica que viene directamente de Dios.
Continúa: “Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
¿Qué significa la frase “el hombre natural”?
Es la persona que aún no tiene fe ni la ha desarrollado porque no ha tenido una experiencia sobrenatural. Sin embargo, esta experiencia espiritual solo ocurre cuando uno se entrega a Él.
¿Qué significa entregarse a Él?
Significa seguir Sus pasos y vivir conforme a Su voluntad, creyendo que el Señor Jesús se sacrificó por nuestros pecados.
Cuando uno se entrega de verdad, tiene una experiencia con Él. Además, al tener esta experiencia, ocurre lo sobrenatural. Es decir, se produce un cambio tan profundo que la mentalidad y el corazón de la persona se transforman. Cuando esto sucede, uno comienza a actuar según su fe. Los pensamientos y sentimientos se alinean únicamente con la fe.
De ahí surge una pregunta clave: ¿Dónde se manifiesta lo sobrenatural? Por ejemplo, ¿será que el perdón es algo natural o sobrenatural?
Lo que hace que esta pregunta sea tan importante es que permite darse cuenta de que hay muchos que han asistido a la iglesia durante años, pero no han logrado perdonar. Este ejemplo nos hace entender que el perdón es algo sobrenatural cuando uno tiene una fe desarrollada. Es más, nos hace comprender que esta clase de persona es “natural,” tal como lo menciona la Biblia.
La meta de quien desea tener una experiencia con el Espíritu Santo es siempre el Nuevo Nacimiento, que incluye el bautismo en las aguas.
Al regresar a lo que dice la Palabra cuando se menciona “porque para él son necedad,” entendemos que para la gente natural parece una locura lo que se sacrifica para permanecer en la fe. En otras palabras, cuando uno se entrega a la fe, no sigue lo que la sociedad considera normal, porque aprende a discernir el bien del mal según la Biblia. Por ejemplo, para muchos es normal tener intimidad sexual fuera del matrimonio, pero para quienes se han entregado a los caminos del Señor Jesús, esto no es normal. Tal vez parezca una locura, pero quien se ha entregado sigue únicamente lo que está escrito en la Palabra.
Por qué alguien que se ha entregado a Dios no permite que los actos naturales formen parte de su vida?
Porque está escrito en Su Palabra. Cuando uno ha tenido una experiencia con Él, ya no le importa lo que ofrece el mundo.
La Palabra nos revela: “Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, que, si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas. ¿De dónde era el bautismo de Juan?, ¿del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: ‘Del cielo,’ Él nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’” (Mateo 21:24-25).
Según la Palabra, cuando uno se bautiza y tiene una fe que viene del cielo, o mejor dicho, de Dios, es cuando ocurre un cambio verdadero, que es sobrenatural. Sin embargo, si uno se bautiza de acuerdo con lo establecido por los hombres, no hay cambio, porque no proviene de Dios.
Como se menciona en los versículos del comienzo, uno recibe lo que viene de Dios a través de Su Palabra, no de la de los hombres. Tal vez esto parezca una locura para alguien natural, pero no lo es para quien se entrega a Él. Sin embargo, no se deben hacer estas cosas si uno no cree, porque entonces se harían solo por religiosidad. Dios no quiere que uno actúe por religiosidad, porque eso es lo que proviene del hombre.
Recuerde, como se ha mencionado en este artículo, que lo sobrenatural no puede suceder si uno actúa únicamente de manera natural. La fe de Dios no funciona así. Por estas razones, Dios permite que ocurran situaciones difíciles para que uno despierte su fe sobrenatural. Si uno está atrapado en lo natural, nunca podrá vencer.
Es más, si uno no está viviendo la fe sobrenatural, está pecando.
La Palabra nos guía: “Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo” (Efesios 4:30-32).
Cuando uno recibe el Espíritu Santo, debe cuidarlo, como la Palabra nos enseña, y no permitir que se apague el fuego. Si uno deja de vivir en la fe sobrenatural, el fuego del Espíritu Santo se apagará. Además, si uno nunca se entrega, nunca lo recibirá ni podrá vivir una vida en lo sobrenatural.
Uno no debe permitir que las cosas negativas detengan su vida, porque la Palabra dice: “Sea quitada de vosotros toda amargura.” En otras palabras, todo lo que no concuerda con Dios.
Muchos ya han tratado de resolver sus problemas de manera natural y nunca lo han logrado. Pero lo de Dios no falla, porque Él quiere lo mejor para nosotros. Sin embargo, tiene que haber entrega para vivir lo sobrenatural.
Para regresar a la pregunta inicial: ¿Qué recibe uno de la Biblia?
Uno recibe más que metas, un modo de vida y un camino. Uno recibe la fe sobrenatural, que es el Espíritu Santo, y lo que nos da la salvación eterna.