En 2024, se estimó que 187,084 personas vivían sin hogar en California, lo que representa el 24 % de toda la población sin techo en Estados Unidos. Aunque el estado alberga solo el 12 % de la población del país, casi un tercio de las personas sin hogar están aquí, según datos de CalMatters. Pero detrás de cada cifra hay una historia, un rostro, una lucha. No son solo estadísticas.

Más allá de la falta de vivienda, muchas de estas personas enfrentan inestabilidad económica, inseguridad alimentaria y el juicio constante de una sociedad que, con frecuencia, les da la espalda. Las ciudades pueden estar cargadas de indiferencia, pero también existen grupos como Ángeles de la Noche, que desafían esa frialdad con actos genuinos de compasión.
Donde otros juzgan, ellos reciben. Extienden la mano sin esperar méritos ni reconocimiento, porque entienden que la verdadera fortaleza no está en la indiferencia, sino en la capacidad de ayudar. No lo hacen por obligación, sino porque buscan vivir conforme a la justicia de Dios: una justicia que no discrimina, sino que ama; que no rechaza, sino que acoge.


Dios nos llama a ser como Él, a reflejar su carácter en nuestras acciones. Seguir su Palabra significa mirar al necesitado no como una carga, sino como un hermano. Como dice Mateo 25:35, 37 y 40:
“Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber… Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”
Quienes ayudan lo hacen movidos por ese llamado divino, porque no se puede decir que se es hijo de Dios si uno vive como espectador, indiferente al dolor ajeno. La justicia de Dios no es pasiva: es activa, compasiva y transformadora.

Cada mente tiene el poder de influir; cada gesto puede ser el inicio de una transformación. Al final del día, todos compartimos el mismo horizonte, sentimos la misma luna. No fuimos creados para competir entre nosotros, sino para compartir la belleza del mundo que habitamos. Vivir con justicia es vivir como Dios nos enseñó: con amor, con entrega y con verdad.

Cada participante que forma parte de las conexiones especiales recibe agua, comida, oraciones por cualquier dificultad y, lo más importante, una palabra de fe. Si a usted le gustaría saber más sobre Ángeles de la Noche y el trabajo social y evangelístico que se realiza, por favor acompáñenos en: 625 S. Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057 o en la Universal más cercana a usted.

Para más información sobre los eventos de la Iglesia y el trabajo evangelístico realizado por los integrantes del grupo EVG, visítenos en la página web: universalchurchusa.org/es/
También puedes informarse sobre las labores sociales y de evangelización del grupo de EVG en todo el territorio americano, ingresando en las siguientes plataformas: