El niño y los dulces
Había un niño muy goloso que siempre estaba deseando comer dulces.
Había un niño muy goloso que siempre estaba deseando comer dulces.
Érase una vez un granjero que vivía tranquilo porque tenía la suerte de que sus animales le proporcionaban todo lo que necesitaba para salir adelante y ser feliz.
Hace mucho tiempo, un día de primavera, iban dos hombres paseando juntos mientras charlaban de las cosas del día a día.
La primavera había llegado al campo. El sol brillaba sobre la montaña y derretía las últimas nieves.
Había una vez un perro que solía pasar las horas muertas en el portal de la casa de sus dueños.
Un fresco día de verano, una elegante garza real salió de entre los juncos y se fue a pasear ¡Era un día perfecto para dar una vuelta y ver el hermoso paisaje!
Había una vez un hombre que vivía con su perro en una casa apartada de la ciudad.
En la rama de un viejo árbol descansaba un águila de mirada triste y corazón roto.
Érase una vez un león que vivía en la sabana. Allí transcurrían sus días, tranquilos y aburridos.
Cierto día, un feo y negro cuervo consiguió robar un apetitoso trozo de carne a unos pastores que estaban en el campo preparando la comida.