¿Cómo interfiere el diablo en la mente humana?

Trabajamos con personas diariamente; por eso sabemos, en la práctica, cuál es la función del pastor. El ministerio pastoral no es una tarea solitaria, como de quien vive en un monasterio meditando todo el tiempo, sino un llamado de dedicación al Reino de Dios. Oímos, en las orientaciones pastorales, atrocidades que, para mí, hasta entonces con 74 años, eran inimaginables. Podemos decir que hemos visto los “intestinos” de la sociedad, pues la aparente alegría que la modernidad le vende al ser humano trae incorporada, en cada elección, un alto precio de sufrimiento que pagar. Primero el placer, pero, luego, viene el dolor.

Ya vimos a millares de familias destruidas: de padres desesperados porque perdieron a sus hijos por las drogas, por la promiscuidad o por el delito; incluso personas que sufrieron abusos físicos, verbales o emocionales en su propia casa. Y podemos afirmar, categóricamente, que todo ese mal tiene origen en la guerra espiritual iniciada en el Cielo por Satanás, que se rebeló contra Dios. Tenemos un conflicto que trabar; no obstante, no es contra carne o sangre, o sea, contra las personas, sino contra fuerzas de las tinieblas tremendamente llenas de maldad y sagacidad.

Al mirar las transformaciones radicales que el mundo ha pasado, usted puede pensar que todo eso ha sucedido por mera casualidad. Pero la verdad es que existe una guerra de reinos siendo trabada. El reino de las tinieblas se ha levantado con mucho más ímpetu, especialmente en las últimas décadas, para arruinar todo lo que fue edificado por Dios para la sociedad. Sin embargo, la mayoría de las personas no logra identificar el paso a paso del mal. Los espíritus inmundos le causan enfermedades, peleas, accidentes y otros problemas a la vida de las personas, pero el mayor objetivo de ellos es trabajar para tornarlas necias, ciegas y rebeldes, con el fin de que la luz de la Verdad no resplandezca sobre ellas. Nuestra lucha, por lo tanto, es trabada contra seres invisibles, mentirosos y extremadamente hábiles en la falsedad y en el engaño.

El regreso de Jesús se acerca a pasos agigantados, ¡y gracias al SEÑOR por eso! Entonces, Satanás tiene prisa; a fin de cuentas, sabe que le resta poco tiempo para actuar en la Tierra. Cuanto más pasan los días, más se enfurece por saber que su condenación está cerca de ocurrir. Frente a eso, usa contra nuestra generación las “armas” más “letales” que posee, en especial aquellas que alcanzan a nuestra mente. Cambiar la forma como las personas ven el mundo, el pecado y a Dios son maneras que el diablo encuentra de dominar al mayor número de personas de una sola vez.

Por ese motivo, hemos observado un colapso en la humanidad. No hay un campo en el que el diablo no esté trabajando con crueldad. La degradación espiritual, moral y familiar es vista tanto en los países del primer mundo como en los más pobres. Ejemplos de eso no faltan: avalanchas de divorcios; innumerables movimientos en pro de la “libertad” sexual; actos de violencia descomunal; llamado excesivo al consumismo; frialdad del amor, en todos los sentidos; disensiones entre hermanos de la misma fe, etc.

Por lo tanto, la peor guerra que enfrentamos no es la armada y no involucra a cuarteles, misiles o vehículos blindados. Esta batalla, nítidamente declarada, se trata de la lucha contra criaturas espirituales de las tinieblas que actúan en oculto.

La pauta del infierno es debilitar los valores Divinos, morales y éticos con el fin de alcanzar a la fe, a la familia y a la Iglesia. Por eso, hay un ataque macizo a las virtudes y a la decencia. Y se engaña quien piensa que va a parar por aquí. El mal no sosegará hasta que gran parte de las personas vea lo que es nocivo, perverso e inmoral como algo bueno, normal y aceptable.

Para darle voz a ese movimiento de ridiculización a Dios y a Sus enseñanzas, el diablo usa lo que sea necesario, como la TV, el cine, la literatura, internet, la música y los sistemas de enseñanza. Su táctica es hacer que un determinado comportamiento, una idea o filosofía, oriundos de él, sean aceptados por medio de la repetición, hasta que nadie más esté en desacuerdo. Entonces, hace que el pensamiento que él desea implementar en las personas esté día y noche al aire, por intermedio de los medios de comunicación, de las novelas, de las propagandas, de las discusiones académicas, de los artistas llamados “progresistas”, etc. Pero, en realidad, todo eso es instrumento del mal para la difusión de sus conceptos para la humanidad.

¿No es exactamente eso lo que hemos visto ocurrir con tantas nuevas ideas y pensamientos que han transformado al mundo en lo que es hoy?

Las muchas ideologías que han surgido y que son totalmente contrarias a Dios no son meras coincidencias y no surgieron por casualidad en la mente humana. Al contrario, se trata de una estrategia del infierno para provocar un cambio en la mentalidad de las personas. Así, pasan a tener los mismos pensamientos del anticristo, sin que se den cuenta de eso. De esta forma, cuando llegue el momento de colocarles la marca de la bestia a las personas, no verán ese acto como algo malo o extraño, pues sus mentes ya estarán completamente oscurecidas contra la Verdad.

Mensaje sustraído de: Cómo Vencer Sus Guerras por la Fe (autor: Obispo Edir Macedo)

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