¿Cómo obtener la sabiduría de Dios?

Todo lo que hay en este mundo, tarde o temprano, un día va a desaparecer, incluyendo nosotros. Por causa de esto, debemos estar alertos y preocuparnos con nuestra salvación del alma. El alma, no desaparece, es eterna. Ella tendrá que enfrentarse después de la muerte al juicio final y a la eternidad. ¿Pero, adónde habita su alma? Ella está, ¿en las manos de Dios o en las manos del diablo? 

Uno tiene que autoanalizarse y observar el tipo de vida que uno está llevando. Si ha vivido una vida en la Presencia de Dios, para Él y de acuerdo con Su Voluntad. Eso sólo es posible porque el concepto Divino de la Perfección es diferente del humano. Mientras para este mundo, perfecto es aquel que jamás se equivoca, para Dios, Perfecto es aquel que anda en Su Presencia. De esa forma, tiene Su Luz, Su Sabiduría para comprender lo que Le agrada y para discernir lo que proviene de Dios.

La mayor gloria que uno puede recibir no es la conquista material, es la Gloria de haber conocido a Dios, de haber tenido una experiencia con Él y haber recibido de Su Santo Espíritu en la vida.  Para los que Le aman, el Altísimo preparó infinitos privilegios para Sus hijos en la eternidad, pero Sus favores también pueden ser vistos en este mundo. Lo que Él ha preparado es tan grandioso que ningún ojo jamás lo vio, ningún oído jamás oyó y ni ningún corazón jamás fue capaz de desearlo. Eso significa que la calidad y la belleza de aquello que el Señor ha reservado para aquellos que Lo aman, está por encima de cualquier imaginación o entendimiento humano.

“Sino como está escrito: Cosas que ojo no ve, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que Le aman. Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?  Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios”. (1 Corintios 2:9-10).

Para que uno sea amado y logre ver lo imposible acontecer en su vida, experimentar de Sus Maravillas y disfrutar de Su plenitud, uno tiene que probar del amor de Dios. Pero, este amor no es para cualquier uno. Las personas en este mundo viven de acuerdo con sus propios pensamientos, impulsos y emociones. Define sus valores según sus pasiones, por eso priorizan las conquistas físicas y materiales, las cuales, los han llevado al fracaso y a las frustraciones. La Sabiduría y el entendimiento del Espíritu les son revelados solamente a aquellos que pertenecen a Dios, con el fin que conozcan los consejos y los propósitos Divinos.

Tener la Mente de Cristo significa pensar como Él; conocer Su propósito y Su voluntad. Quien tiene el Espíritu de Dios no tiene dificultad para comprender al prójimo, perdonar y ser misericordioso, integro, paciente y consejero. Insiste en practicar lo que Le agrada y en alejarse de todo lo que Él abomina. Al adquirir este perfecto entendimiento, uno sabe decidir entre el bien, el mal, lo terrenal y lo eterno.

Dios les bendiga.

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