Miles de madres en Estados Unidos viven la triste realidad de perder a sus hijos encarcelados. Casi 60.000 jóvenes menores de 18 años están encarcelados en este país en centros y prisiones juveniles. No sólo afecta a los padres, sino definitivamente a todos, incluyendo a la familia extendida. Cuando esta situación ocurre en una familia y es un adolescente el que termina en la cárcel, esto implica confinar a los jóvenes, separarlos de sus familias, interrumpir su educación y, muchas veces, exponerlos a más traumas.
Los principales tipos de daños que causan el encarcelamiento son daños a la salud física y mental, estrés psicológico, mayor probabilidad de reincidencia, actitudes negativas hacia la autoridad como resultado de un manejo injusto de las quejas y problemas con las familias. Si deseas aprender más sobre el tema, acompaña el siguiente reportaje completo e infórmate.
