Tal vez usted que nutre un rencor por algún daño que sufrió́ esté, silenciosamente, conversando conmigo ahora sobre sus dolores.

El corazón y el perdón (Parte 2)

Tal vez usted que nutre un rencor por algún daño que sufrió esté, silenciosamente, conversando conmigo ahora sobre sus dolores. Por conocer un poco del ser humano debido a las experiencias diarias en la Obra de Dios, sé que existen situaciones extremadamente difíciles y que muchas tristezas y decepciones pueden venir de las relaciones más cercanas. Son los familiares y amigos de nuestra extrema confianza los que pueden abrir las mayores heridas en nuestra alma.

Pero yo pregunto: ¿vale la pena continuar con el alma repleta de sentimientos malos, colocando en riesgo la propia salvación? ¿Compensa continuar a la espera de que el otro reconozca su culpa y le pida perdón?

Préstele atención al siguiente Texto Bíblico:

Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. Mateo 5:25

Sepa que el perdón es una orden de Jesús y necesita ser cumplida enseguida. Nuestro Señor dice “pronto” y “mientras vas con él por el camino”; eso muestra que no se puede posponer tal actitud.

Resuelva sus conflictos, sus desentendimientos y sus enemistades para que su corazón esté limpio, antes de que sea entregado al Justo Juez y sea echado en la cárcel.

Revea sus recuerdos, para que su alma no esté cimentada por malos sentimientos. Podemos incluso recordar el mal que las personas nos hicieron, pero también podemos elegir darles un nuevo sentido a esos acontecimientos. Podemos comenzar a ver los dolores como cicatrices de situaciones que nos hicieron más fuertes y con más experiencia.

Sabemos que todo coopera para el bien de aquellos que aman a Dios (Romanos 8:28); por lo tanto, hasta las peores aflicciones le proporcionan subsidio espiritual a nuestra fe.

Entonces, haga de su hoy una página en blanco que lo desafía a escribir una nueva historia de vida sin odio, sin rencores, sin bronca y sin murmuraciones.
¡Tenga un corazón limpio a partir de ahora!

Continuará…

Si le interesa lea también: El corazón el perdón (Parte 1) 

Libro: Secretos y Misteriosos del Alma

Autor: Obispo Edir Macedo

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