El infierno (Parte II)

Pasa a tener cada vez menos tiempo para Dios, pues necesita “aprovechar la vida”, viajar, invertir, comprar, etc. y, normalmente, con todas esas fascinaciones que el mundo ofrece, el alma queda desgobernada y se pierde.

Todas nuestras conquistas deben ser para servir y glorificar al Altísimo. Hemos observado que, cuantas más riquezas tiene una persona, más distraída está con este mundo. Pasa a tener cada vez menos tiempo para Dios, pues necesita “aprovechar la vida”, viajar, invertir, comprar, etc. y, normalmente, con todas esas fascinaciones que el mundo ofrece, el alma queda desgobernada y se pierde.

Abraham, Isaac, Jacob, David y muchos otros personajes bíblicos fueron hombres prósperos, pero nunca fueron descriptos como personas que vivían en la diversión, en la opulencia o en el glamur de este mundo. Ellos colocaban todo lo que tenían a disposición del Todopoderoso; por eso, constantemente sacrificaban no solo sus voluntades, sino también sus posesiones.

Volviendo a la parábola, si, por un lado, el rico no fue considerado por Jesús para mencionar su nombre, por otro lado, Lázaro—el mendigo que vivía en la puerta de la mansión del rico— fue honrado no solo con su nombre en las Escrituras, sino también con la salvación de su alma.”

Lázaro era despreciado y olvidado porque era pobre y vivía enfermo, cubierto de llagas y en compañía de los perros. El rico, por su parte, debía vivir como todos los ricos viven: adulados por todos a su alrededor y con gran prestigio y reputación en la sociedad. O sea, mientras que el rico estaba “podrido en riqueza”, Lázaro no tenía “donde caerse muerto”, como se dice popularmente.

Pero, un día, la vida en este mundo se termina y la muerte iguala a todos los seres humanos, sean pobres o ricos. Y, aunque el rico hubiera tenido un gran funeral, eso no cambió en nada su condición en la eternidad.

Al morir, Lázaro fue llevado por los ángeles al seno de Abraham (Lucas 16:22), un lugar de descanso eterno para el alma, mientras que el rico fue llevado al Hades, el infierno (Lucas 16:23).

La Biblia describe el infierno como un lugar de tormentos. Vea, entonces, diez características de este que la historia del rico y de Lázaro nos revela:

1) Allí, existe un fuego inextinguible, es decir, llamas que jamás se apagarán. El Señor Jesús revela que el rico está siendo atormentado en una llama (Lucas 16:24), y sabemos que todo fuego necesita un combustible para permanecer encendido. Pienso que, así como el pecado le dio origen al infierno, la justicia y la ira de Dios contra toda impiedad encendieron esa llama y la mantendrán encendida por toda la eternidad.

2) El Señor Jesús también Se refiere al infierno como horno ardiente: “Y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes” (Mateo 13:42).

3) Los gusanos no mueren; por lo tanto, no se trata de larvas comunes ni de un fuego físico, como lo conocemos. En el pasado, era muy común que los cuerpos de los muertos en batallas quedaran amontonados, en estado de descomposición y llenos de gusanos alimentándose de aquella putrefacción, hasta que fueran completamente consumidos por el fuego. Sin embargo, al hacer alusión al sufrimiento de la condenación en la eternidad, el Señor Jesús citó en tres versículos que, en el infierno, además de que el fuego no se apaga, los gusanos tampoco van a morir.

Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al Reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga (Marcos 9:43-48).

4) Al contrario del Cielo, que es descripto como un lugar de luz brillante, pues el propio Señor Jesús será como el Sol que lo iluminará (Apocalipsis 22:5), el infierno es retratado como un lugar extremadamente oscuro, de densas tinieblas.

Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera… (Mateo 8:12).

5) Está habitado por demonios tan terribles que jamás se les permitió actuar en la Tierra. Estos están presos allí en cadenas eternas desde su salida del Cielo.

Y a los ángeles que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas para el juicio del gran día (Judas 1:6).

Por lo tanto, los condenados al infierno tendrán las peores compañías. Además de esos espíritus malignos, también estarán rodeados por todos los mentirosos, adúlteros, asesinos, cobardes, ladrones, pedófilos, idólatras, rebeldes y todos los que no tengan sus nombres escritos en el Libro de la Vida. Y, después del infierno, la segunda y última etapa de la condenación será en el lago de fuego y azufre con el diablo, la muerte, la bestia y el falso profeta (Apocalipsis 19:20; 20:10; 21:8).

Continuará…

Si le interesa lea también: El infierno (Parte I)

Libro: Secretos y Misterios del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo

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