El nuevo nacimiento rescata al alma (Parte 3)

Es importante destacar que, mientras una persona no nace de nuevo, su cuerpo está gobernado por su corazón, que es engañador y perverso.

Es importante destacar que, mientras una persona no nace de nuevo, su cuerpo está gobernado por su corazón, que es engañador y perverso. Ser regenerado por el Espíritu Santo es recibir la capacidad de que su espíritu sea dirigido por el Espíritu de Dios. Consecuentemente, usted pasa a ser una criatura espiritual viviendo en un reino espiritual.

Para los espirituales, la Palabra (que es Espíritu y vida) es suficiente y capaz de convencerlos respecto a la voluntad de Dios. Esta le aconseja a nuestro intelecto, el cual guía a nuestra alma en la administración de nuestro cuerpo.

El cuerpo no tiene elección. Siempre se someterá́ al alma, tanto para lo que es bueno como para lo que es malo. Por otro lado, el alma tiene la libertad de aceptar o no la dirección del espíritu humano y del Espíritu de Dios, pues la voluntad divina nunca le fue impuesta al hombre. La inteligencia humana le avisa al alma cuando algo está mal; aun así, el alma lucha por imponer su voluntad.

Las personas enfrentan muchas enfermedades y problemas por tener un alma indomable. Unas comen de más mientras que otras comen de menos para alcanzar un determinado modelo de cuerpo.

Se divierten mucho, viven una vida desenfrenada y tienen vicios; el resultado es el insomnio, el agotamiento y la debilidad física. Eso muestra que, cuando el alma gobierna al cuerpo sin la dirección del Espíritu de Dios, induce al cuerpo al error; pero, cuando el Espíritu de Dios guía al alma, Él conduce toda la vida de la persona al centro de la voluntad de Dios, al equilibrio y a la sensatez.

Esa es la gran diferencia entre el alma que es espiritual y el alma que es carnal. El alma redimida está sujeta a la voz del Espíritu de Dios, al paso que el alma perdida es rehén de las codicias del corazón engañador.

Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne [alma carnal] sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1)

Continuará…

Libro: Secretos y Misteriosos del Alma

Autor: Obispo Edir Macedo

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