El pecado de Lucifer

Muchas personas se preguntan cómo Lucifer se volvió el mayor adversario de Dios, ya que había sido creado perfecto para desempeñar sus funciones angelicales.

Muchas personas se preguntan cómo Lucifer se volvió el mayor adversario de Dios, ya que había sido creado perfecto para desempeñar sus funciones angelicales.

Además de poseer belleza, perfección y dignidad provenientes del Creador, Lucifer habitaba en un lugar santo; o sea, no había ninguna influencia negativa sobre él, pues nunca había existido pecado en el Cielo.

No sabemos cuándo el Todopoderoso creó a Lucifer ni cuándo sucedió su caída, pero tenemos una revelación en el Texto Sagrado sobre lo que lo llevó a caer: el corazón de Lucifer se enalteció, generando el orgullo.

Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé en tierra, te puse delante de los reyes, para que vieran en ti un ejemplo (Ezequiel 28:17).

Lucifer corrompió su estado de perfección al mirarse a sí mismo y ser engañado por su propio corazón. El autoengaño hizo que la mayor de todas las criaturas hasta entonces se deslumbrara con “su” inteligencia, “su” hermosura, “su” poder y “su” autoridad. Lucifer se volvió insensato al vanagloriarse de atributos que no habían venido de él, sino que habían sido concedidos por el Altísimo.

Del orgullo vinieron los demás pecados, como el atrevimiento de provocar una rebelión en el Cielo, contaminando así a la tercera parte de los ángeles de Dios. Esos seres celestiales creyeron en las falsas promesas de fidelidad y de poder hechas por Lucifer y cambiaron el amor sincero y leal del Altísimo por las mentiras de aquel que, hoy, se llama Satanás. De querubín protector, portador de luz y resplandor, Lucifer se tornó el príncipe de las tinieblas, el padre de la mentira y el dios de este siglo, que bloquea el entendimiento de las personas al respecto del verdadero Dios.

El corazón ciega y es capaz de hacer de un sabio el mayor de todos los necios, y de un ser perfecto el más horrendo ser de la oscuridad, como sucedió con Lucifer.

Continuará…

Si le interesa lea también: Las mentiras sobre el infierno (Parte II)

Libro: Secretos y Misterios del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo

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