El siervo vencedor

¿Cómo se puede medir la victoria de un siervo? Ser un siervo vencedor en el Reino de Dios significa ser un siervo perdedor en el reino del diablo. El apóstol Pablo, dijo:

“Hasta el día de hoy padecemos hambre tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados y no tenemos lugar fijo donde vivir. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y respondemos con bondad; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.” 1 Corintios 4:11-13

Cuando un siervo busca ventajas personales es porque está altamente comprometido con el mundo.

La verdad, sí sirve bien al Señor, no precisa preocuparse o ponerse ansioso por conseguir el bienestar material, pues el propio Señor le satisfará todos los deseos de su corazón. El Señor Jesús prometió esto cuando dijo:

“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará” Juan 12:26

Hemos creído y enseñado esto confiando en la promesa:

“Deléitate asimismo en el Señor y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmos 37:4

La iglesia de Esmirna es caracterizada en el Apocalipsis por la tribulación, por la pobreza, el sufrimiento y por las pruebas que algunos miembros pasaron al ser lanzados en la prisión durante diez días. Con excepción de la iglesia de Filadelfia, todas las demás tenían buenas obras, perseverancia, soportando pruebas por causa del nombre del Señor Jesús; tenían amor, fe, servicios, eran ricas, en fin, aparentemente estaban bien, sin embargo, fueron censuradas y corrían riesgo de ser derrotadas y de perder la vida eterna.

Ahora, ¿qué es lo más importante para el siervo? ¿Su posición de liderazgo, su mejor condición de vida, la autoridad concedida por el Señor o su condición económica? Lo más importante para el siervo no es nada de eso, sino mantener la comunión íntima con el Señor, pues en Él está su riqueza y gloria y, sobre todo, su victoria. El siervo que está distante del Señor no puede conocer Su voluntad. Esmirna es pobre y atribulada, pero por cuánto era rica de la presencia de Dios y mantenía vivo su primer amor, exactamente por eso, pasaba por tanto sufrimiento.

Cuando estamos próximos a la cruz, somos afligidos, y cuánto más cerca de ella, más persecuciones, injusticias y pruebas.

Ése era el secreto de Esmirna, y su corazón estaba continuamente humillado a los pies del Señor a causa de las tribulaciones.

Esmirna es como María, qué eligió la buena parte.

El siervo vencedor es aquel que soporta todo y guarda su fe viva hasta el encuentro final con su Señor Jesucristo, cuando correrá para el abrazo eterno en el encuentro con el Novio, en la Gran Fiesta, en las Bodas del Cordero de Dios. ¡Amén y Aleluya!

“… ¡Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida! El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la segunda muerte.” Apocalipsis 2:10-11

Continuará…

Libro: El Señor y el siervo
Autor: Obispo Edir Macedo

Share This Post

More To Explore