Extraños en el Cuerpo de Cristo

Es necesario tener mucho cuidado con estos intrusos que se insertan en medio de los puros para corromperlos. No podemos, de ninguna forma, ignorar tal advertencia porque, a lo largo de la historia bíblica, Satanás siempre infiltró a gente de él en medio del pueblo de Dios. Esta es una vieja estrategia que usó en el pasado y que continúa usando en los días actuales. Veamos a continuación cómo Satanás logró corromper a los soldados de Israel, empleando esta misma táctica.

Había un hombre llamado Balaam que le enseñó a Balac, rey de Moab, a corromper la fe de los soldados de Israel. Le dijo que bastaba con enviar a mujeres moabitas al campamento del ejército para que aquellos hombres cayeran en prostitución (Números 25:1-9). Las bellas jóvenes fueron allí y, además de tener relaciones sexuales con ellos, los indujeron a hacer sacrificios a los dioses cananeos y a comer esas ofrendas. Delante de Dios, eso constituyó una ruptura de Alianza, pues parte de la nación estaba inclinándose a la idolatría y a la prostitución.

Debido a esa desobediencia, el pueblo, que quedó sin la protección de Dios, sufrió una terrible maldición y 24 mil personas murieron con una plaga que se abatió sobre Israel. Balaam supo bien cómo ser una piedra de tropiezo para la nación israelita. Quien le dio esa astucia fue el propio diablo, que también llena de audacia a las cizañas para conducir a los sinceros a la seducción y a la contaminación del pecado.

El engaño que Satanás produjo por medio de Balaam es citado varias veces en las Escrituras para que nadie más caiga en él, y mantenga sus ojos espirituales abiertos. A fin de cuentas, las prácticas del infierno continúan siendo las mismas, y el diablo, día a día, ha enviado a los “suyos” para desviar a quien camina en la fe.

Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar; seducen a las almas inestables; tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición. Abandonando el camino recto, se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, quien amó el pago de la iniquidad.

2 Pedro 2:14-15

Pero tengo unas pocas cosas contra ti, porque tienes ahí a los que mantienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer actos de inmoralidad (sexual).

Apocalipsis 2:1

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