La fe revelada

Domingo 31 julio, 2021

Existe una gran diferencia entre recibir información y recibir revelación. Cuando la persona recibe sólo información, ella no puede resistir las pruebas espirituales o las pruebas de la vida, porque la Palabra de Dios apenas entró en su mente o intelecto como información. A causa de eso, ella se entrega a los cuestionamientos del porqué se encuentra pasando esas dificultades y luchas, porque no tiene esa fe revelada.

Lo contrario acontece, cuando la Palabra de Dios entra como revelación del Espíritu Santo en la vida de la persona, ella pasa a tener una fe revelada. Esa revelación bíblica la lleva a tener una fe definida y decidida. Ese tipo de fe la lleva a confiar en lo que está escrito en la Palabra de Dios y a creer que las promesas de Dios se cumplirán en su vida, aún ella se encuentre pasando por persecuciones, injusticias, desprecios, rechazos por parte de su familia, amigos o incluso personas que se dicen de la misma fe. Ella tiene seguridad que todas aquellas adversidades las vencerá porque sabe en quien cree y que está escrito en la Palabra de Dios que ella vencerá.

Entonces Pablo, de pie ante el Concilio, les dirigió las siguientes palabras: “Hombres de Atenas, veo que ustedes son muy religiosos en todo sentido”. Hechos 17:22. El ser humano por naturaleza, es un ser religioso. Tal vez usted se pregunte si es bueno ser religioso, y la realidad es que no, porque no es la religión que salva, lo que salva es la fe. Las Iglesias no salvan a nadie, lo que salva es la fe revelada por el Espíritu Santo. En si las personas no necesitan una religión, sino que tengan un encuentro con Él, porque es eso lo que las llevará a tener los pensamientos de Dios que están en Su Palabra.

“Porque mientras caminaba observé la gran cantidad de lugares sagrados. Y uno de sus altares tenía la siguiente inscripción: “A un Dios Desconocido”. Este Dios, a quien ustedes rinden culto sin conocer, es de quien yo les hablo”. Hechos 17:23. En la actualidad pasa lo mismo, existen personas que vienen por ejemplo a nuestros servicios y para ellas Dios es desconocido porque no le conocen, no han tenido un encuentro con Él, pero aun así le rinden culto.

“Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad”.  Hechos 17:24,25. Para servir a Dios, no lo podemos servir a nuestra manera o como pensamos que es correcto, lo tenemos que servir basado en Su Palabra. Infelizmente existen personas que creen estar sirviendo a Dios, pero no es así y la mayor prueba de eso es que la vida de ella no cambia como debería, porque todo lo que ella hace lo realiza de un modo natural, de una fe natural, porque no conoce a quien está sirviendo.

Cuando nosotros seguimos a Jesús como Él determina, no vivimos y no debemos aceptar una vida de necesidades, nosotros nos superamos, enfrentamos los problemas, vencemos y prevalecemos.

 De un solo hombre creó todas las naciones de toda la tierra. De antemano decidió cuándo se levantarían y cuándo caerían, y determinó los límites de cada una. Hechos 17:26. Nada de lo que acontece en el mundo acontece por casualidad, Dios tiene el control de todo y Él es soberano y cuando nosotros vivimos por la fe en Él, sabemos que hay situaciones que son humanas y Él permite que las enfrentemos, hay problemas que son ataques espirituales, pero sea lo que sea humano o espiritual, es con seguridad de que quien vive en la dependencia y por la fe en Él, vencerá. Vivir por la fe en Él, significa reconocer que uno nada puede porque se depende de Él, pero, quien es prepotente, orgulloso y se siente autosuficiente, no acepta que todo viene de Él, por eso no acepta nada relacionado a la fe bíblica.

Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros.  Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”. Hechos 17:27,28. Esto es con lo respecto a lo natural, todo ser humano necesita de Él para respirar, moverse y existir. Cuando se tiene un verdadero encuentro con el Señor Jesús, nuestra alma es transformada y se pasa a vivir sostenido por Él.

Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Hebreos 1:1. En los días de hoy, toda profecía, Dios la habla y la expone a través de Su Palabra. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo. Hebreos 1:2,3. Nosotros tenemos que resplandecer la gloria de Dios, como hijos de Dios y que manifestar su carácter. Cuando se tiene un encuentro real con el Señor Jesús, se reconoce que no hay salvación fuera de Él, porque Él murió por nosotros para redimir los pecados de todo aquel que se arrepienta y decida entregar su vida para Él.

En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él. Hechos 17:30. Dios quiere habitar en usted a través de entregarle lo más precioso que se puede tener que es el Espíritu Santo y usted tiene la oportunidad de arrepentirse de todo lo equivocado que usted ha hecho y de sus pecados.  Si usted toma esa decisión, cuando usted pase por las luchas, las dificultades, Dios le sostendrá con el gran poder de Su Palabra.

A partir del momento que usted reconozca que sólo en el Señor Jesús hay salvación y acepte tener una relación con Dios, busque mantener su fe activa, no solo buscando de Dios cuando viene a la iglesia, sino en su vida diaria, leyendo la biblia, orando, ayunando y buscando tener comunión con Él. Porque para que la Palabra de Dios nos pueda sostener hay que vivir en obediencia a Él. Sométase a Su Voluntad y Dios le dará fuerzas, animo, disposición, consolación y poder para vencer las pruebas y todas las contrariedades de la vida.

Dios les bendiga.

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