La limpieza del corazón (Parte 1)

Muchas personas buscan a Dios con la expectativa de que Él les resuelva todos sus problemas de una sola vez.

Muchas personas buscan a Dios con la expectativa de que Él les resuelva todos sus problemas de una sola vez. En el fondo, lo que ellas quieren es un toque de magia o algo instantáneo que solucione todas sus dificultades. Sin embargo, ¡eso nunca, jamás, en ningún momento sucederá!

Dios no trabaja con la magia porque Él no es mago. Dios actúa en cooperación con el ser humano; por eso, Él nos concedió la fe.

No debemos cometer el error de pensar que nuestras oraciones serán atendidas sin que, primero, tengamos disposición para sacar toda la suciedad de adentro de nuestro propio corazón. El milagro comienza en esa obediencia.

Sabemos que el corazón (alma) es el centro de la vida y la sede de nuestras emociones y sentimientos. Funciona como un depósito donde el ser humano guarda todo: amor, odio, paz, deseo de venganza, etc. Vea:

Pero lo que sale de la boca proviene del corazón [centro de la vida], y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón [centro de la vida] provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. Mateo 15:18-19

Imagínese ahora un depósito de basura con alimentos podridos. Los habitantes de ese depósito son toda clase de insectos, ratas, moscas y cucarachas. Mientras haya restos de comida en ese lugar, también estarán esos habitantes no deseados. La desinsectación del lugar puede incluso exterminarlos durante algún tiempo; sin embargo, más tarde, una nueva plaga ocupará el lugar de la plaga anterior.

Así ha sido el corazón de muchas personas.

A causa del vacío del alma, cada vez más basura y caprichos egoístas van acumulándose dentro de ellas. Y, cuanto más intentan resolver sus problemas del alma sin el Espíritu de Dios, más insatisfechas y frustradas quedan.

Continuará…

Libro: Secretos y Misteriosos del Alma

Autor: Obispo Edir Macedo

 

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