Domingo 26 de junio, 2022

La obediencia a la Palabra trae resultado

Cuando se manifiesta la fe en obediencia al Espíritu Santo, esto es, a lo que está escrito en la Palabra de Dios, puede querer venir la duda, el miedo, o cualquier otro sentimiento contrario a la fe, se rechaza. Esto sucede porque el Espíritu Santo da la plena convicción que lo que está prometido se va a cumplir.

Tal vez usted se pregunte, ¿puede Dios cumplir con lo que promete? Lo expondré de la siguiente manera: si nosotros que somos seres humanos pecadores y fallos, cuando asumimos un compromiso o una promesa con Dios, somos capaces de cumplir nuestro compromiso, ¿Ahora podemos imaginar a Dios, que es Santo, no cumplirá con Su Palabra que ha prometido? Pero, para tener esa convicción es necesaria la fe, creer y confiar como lo hizo Elías y como se describe en el siguiente texto biblico: “A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu Palabra” 1 Reyes 18:36. Lo primero que hizo Elías fue sacrificar y después oró. Infelizmente existen personas que solo quieren orar, pero no quieren sacrificar. Esto se puede comparar como cuando alguien dice que ama, pero no lo demuestra, no toma actitudes en relación a ese amor que dice tener hacia la otra persona.

Cuando Elías oró le dijo a Dios: “…que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra”. Él estaba queriendo decir que todo lo que había hecho era en obediencia a la fe que Dios le había dado a él. Dios pidió a Elías y él hizo tal como Él le estaba pidiendo. En la actualidad no es diferente cuando Dios habla con uno a través de Su Palabra, hay confianza, hay fuerzas y poder para vencer. Como fue el caso de Elías, él puso su vida en riesgo, porque si el fuego no descendiera, los profetas de Baal lo matarían. De igual manera es con nosotros hoy, estamos en la fe de la Hoguera Santa en el Monte Carmelo, Dios no puede ser avergonzado y quien quiere ir al altar no lo puede ver como un juego, un intento o una aventura, es un lugar de decisión para una transformación de vida.

Lo que Dios considera es nuestra fe y no los sentimientos. Cuando manifestamos la fe, en actitudes, la respuesta es inmediata, porque llamamos la atención de Dios y este es el poder del sacrificio que significa obediencia. Cuando existe esa confianza, no importan las circunstancias, existe la confianza en lo que está escrito y se obedece porque se cree en la respuesta de Dios. Esto trae por lo consiguiente como está escrito: Lo que ojo no vio, ni oreja oyó, ni ha subido en corazón de hombre, es lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman”. 1 Corintios 2:9. Lo que Dios tiene para usted está más allá de lo que pueda imaginar o pensar.

Elías al sacrificar en obediencia a la Palabra de Dios, le dio el derecho de pedir a Dios la respuesta y glorificarlo. Sacrificio es poner en el altar de Dios nuestra dependencia total hacia Él, que es muestra de confianza plena en Él. Y creyendo así, que Él hará Su voluntad en su vida, para que lo sobrenatural acontezca y así el testimonio de Dios se cumpla en su vida.

Dios les bendiga.

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