El pasado domingo 25 de febrero se tuvo la visita de obispo Clodomir (responsable del trabajo evangelístico en EE. UU.) en Chicago, Illinois. Él transmitió el siguiente mensaje de fe, enseñando a cómo poder lograr la paz interior:
Cuando se nace de Dios, la primera señal es tener paz en el interior. Eso acontece porque se tiene la seguridad de la salvación del alma. Quien es nacido de Dios sabe que, aunque este pasando por luchas o problemas, todo tiene un propósito permitido por Dios y obtendrá la victoria.
Tener una identidad delante de Dios es importante. Lo podemos comparar, por ejemplo, con las personas que viven en Estados Unidos porque para ellas poder ser consideradas por el país, necesitan una identidad que muestre que ella está legalmente en el país. Si en caso no tiene documentos que comprueben su legalización, no hay como el país la pueda considerar que solo un número a más y eso lleva a la persona a vivir sin propósito.
Regresando a la parte espiritual, cuántas son las personas que participan en una iglesia y aún no tienen una identidad espiritual porque aún no han nacido de Dios. A causa de eso no llevan una vida con propósito. Cuando vienen las luchas o las pruebas, no consiguen permanecer firmes en la fe porque no tiene un propósito, no tiene una identidad espiritual y no tienen seguridad porque no han nacido de Dios.
Cuando se nace de Dios se tiene la certeza que, así como su nombre fue incluido, por igual ella está incluida en los planes de Dios y de la salvación eterna. Dios dice en Su Palabra que los planes que Él tiene para uno son de bienestar, de éxito, y no son planes de fracaso. Dios quiere que venzamos en todo, pero desafortunadamente, existen pocas personas que han vencido porque en el momento de las luchas les falta la paz. Cuando falta la paz, hay una mala reacción de nuestra parte.
Nuestra victoria no está sólo en la acción, principalmente está en nuestra reacción. Así como nosotros conquistamos con la reacción de nuestra fe, nosotros podemos perder con una mala reacción.
La Palabra de Dios dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:1. Cuando nos entregamos al Señor Jesucristo, ante los ojos de Dios, nos convertimos en personas justas. Por causa de lo que el Señor Jesús hizo por nosotros, al entregar su vida en la cruz para redimir nuestros pecados. A causa de eso, nosotros somos justificados.
Cuando se está viviendo en la impiedad, la conciencia vive acusándole. Esta condena que proviene de la consciencia no viene de Dios porque Él no condena a nadie, sino la acusación y la condena viene del diablo. El diablo no solo acusa, él también condena. Cuando uno se convierte al Señor Jesús, uno es justificado. El problema no está en nuestro exterior, sino el proviene de nuestro interior y por eso es el interior que tiene que ser transformado primero. Esta entrega no va a depender de nadie, sino solo de usted.
Si toma la decisión de entregar su vida al Señor Jesús, experimentará la paz que tal vez siempre estuvo buscando en lugares equivocados, porque la paz solo se la puede dar el Señor Jesús. Cuando usted recibe esta paz en su interior, pase lo que pase, en su entorno nada le va a afectar, porque usted tiene lo principal que es la paz con Dios y se ha convertido en un hijo (a) de Dios.
La iglesia Universal en Chicago, Illinois hoy en día.
Vea lo que aconteció el pasado domingo 25 de febrero, en Chicago, Illinois.
