Domingo 18 de julio -2022

Los dos cimientos: ¿en cuál usted está construyendo?

La Palabra de Dios nos refiere: “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca”. Mateo 7:24. Cuando se pone en práctica la Palabra de Dios, esto significa obediencia. Bíblicamente la palabra obediencia quiere decir, negar o renunciar a la voluntad propia para hacer la voluntad de Dios.

El problema de muchas personas, es que ellas no quieren renunciar a su manera de pensar y de vivir. Quiero aclarar para que no sea mal interpretado, que no me estoy refiriendo a que la persona tiene que aceptar los pensamientos de una religión, definitivamente no. A lo que hago referencia es a la fe, la cual proviene de la Palabra de Dios y es ella que nos lleva a edificar el cimiento sobre la roca que es el Señor Jesús.

La verdadera fe no tiene religión y esa es la fe bíblica, la cual surge por oír y obedecer la Palabra de Dios, pero para que uno pueda tener el poder de obedecer y hacer la voluntad de Él, se tiene que contrariar la propia voluntad, esto es, renunciar a la propia voluntad para poder agradar a Dios. Un ejemplo de contrariar nuestra propia voluntad para hacer la voluntad de Él es cuando se sufre una injusticia, calumnia, humillación… la voluntad propia, que es la carne, se dice a sí misma que no perdonará, pero si se quiere hacer la voluntad de Dios, hay que hacer lo que está escrito en Su Palabra y ella dice que debemos perdonar.

Cuando se escucha la Palabra de Dios y se pone en práctica, la biblia dice que se es semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. La roca que menciona la biblia, representa al Señor Jesús. Todo lo que es de la voluntad de Dios, aunque nuestro espíritu se alegra, nuestra carne lo aborrece, porque la carne siempre busca lo más cómodo y fácil, porque ella quiere hacer su propia voluntad y es ahí que viene el fracaso. Hay que tener claro que construir bajo la voluntad de Dios, es construir en la roca.

Y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. Mateo 7:25,26. Insensato es una persona que no piensa de acuerdo con los pensamientos de Dios. La inteligencia humana no es suficiente para poder tener la capacidad de vencer los problemas, las luchas, las enfermedades, los problemas de pareja, los problemas económicos, etc. Es necesario tener la sabiduría que viene solo de Dios y para esto nuestra vida tiene que estar cimentada sobre la roca. Las dos personas citadas por Jesús en este pasaje mencionado anteriormente, consiguieron construir, pero uno de ellos construyó en la roca y el otro en la arena.

Quien construye en la roca sabe que para que la construcción permanezca, se tiene que seguir los principios de fe, que son las orientaciones de la Palabra de Dios, de los cuales su vida fue construida. Esto lo podemos comparar con una construcción real, llegará un tiempo en que aquella construcción necesitará realizarle mantenimiento. Se puede construir la mejor casa, pero al pasar el tiempo aquella casa va a requerir un mantenimiento. Y si no se realizan las reparaciones correspondientes aquella casa tendrá serios problemas. De igual manera es en nuestra vida, cuando uno construye en la roca, se sabe que se tendrá que permanecer en aquellos principios, en cambio en la arena no hay principios. Quien construye sobre la arena, no tiene cuidado de buscar que las decisiones estén basadas bajo la voluntad de Dios

No es suficiente haber construido, hay que analizar sobre qué se ha construido, si sobre la roca o sobre la arena. Si lo que se construyó está fundamentado sobre principios verdaderos que son los principios bíblicos o son otros principios. El hecho de ser cristiano no significa que no vamos a enfrentar situaciones adversas en cualquier área de nuestra vida, enfrentaremos, pero si se ha luchado, esforzado y se sacrifica para obedecer la Palabra de Dios, se estará sostenido y fortalecido por Dios. Lo principal en la vida de aquellos que obedecen, es su relación con Dios y la salvación de su alma. Porque el camino a la salvación eterna es estrecho y no es fácil, porque hay que renunciar a la propia voluntad. Luche a cada día por permanecer bajo los planes y propósitos de Dios, crea, ello son los mejores. Tómese un tiempo y reflexione, haciéndose la siguiente pregunta: “¿en cuál cimiento he estado construyendo mi vida? ¿En la roca o en la arena?”.

Dios les bendiga

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