“… y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5)
Si fuésemos a describir todas las bendiciones derramadas en una vida plena de la fe en el Señor Jesucristo, usaríamos todo el papel existente en el mundo y aun así jamás conseguiríamos describirlas, pues son infinitas; por eso, procuramos dividirlas en tres grupos: la Bendición Espiritual, la Bendición Física y la Bendición Financiera.
Vale la pena hacer notar que, así como son tres los que testifican en el cielo, tres personas distintas, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo; y nosotros, humanos, estamos dotados de un espíritu, un alma y un cuerpo, también las bendiciones de Dios son “tres en uno” en nuestras vidas.
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