Flor Barragan sentía que tenía una mente limitada, a pesar de que durante su vida nunca le faltó nada, sentía limitaciones que la hacían sentir dependiente de los demás, atada. Estaba cegada por el materialismo, prefería gastar su tiempo y dinero visitando tiendas antes de ahorrar sus ganancias.
Flor Barragan había descuidado sus funciones de madre, tal descuido que le costó que su hija se viera influenciada por su novio, que la había inducido al consumo de cannabis. Tras el tiempo en esa relación con su novio y sus vicios, su hija había caído en depresión y había descuidado su aspecto como persona.
Ella estaba segura que había un Dios al que pueda pedir ayuda, pero no estaba segura de cómo emplear su fe en función de mejorar los aspectos espirituales de su vida. Necesitaba hallar una manera de manifestarse ante Dios.
Se sentía frustrada más no se sentía deprimida porque en el fondo de su corazón sabía que habría una salida. A través de los testimonios de diezmistas los cuales testificaban sobre su lealtad a Dios decidió replicar estas manifestaciones, con el tiempo y su trabajo llegaron los cambios positivos en su vida, la multiplicación de su fe trajo frutos. Junto a su hija han asumido un desafío para un cambio espiritual.
Testimonio Flor Barragan.
