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No hay condenación para los que creen

La Palabra de Dios describe: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16. El amor que tiene Dios para la humanidad no es de cualquier manera. Su amor es único, al grado que Él sacrificó a Su único hijo por nosotros para que cada ser humano tuviera la oportunidad de la salvación.

“Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él”. Juan 3:17. Para lograr la salvación, no es simplemente decir que creemos en Dios, que tenemos fe en Él e incluso nuestra salvación no es dependiente de Abraham, José, Noé, Elías, María… La salvación se es dada sólo a través del Señor Jesús.

No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios. Juan 3:18. Creer en el Señor Jesús, no significa sólo decir que creemos, es tener un compromiso con Él. Creer en Él, es asumir una relación, es entregarse al ciento por ciento. Por ejemplo, cuando creí que mi esposa, que en aquel tiempo era mi novia, ella estaría dispuesta a enfrentar cualquier situación por mí y conmigo, fue cuando tomé la decisión de pedirla en matrimonio. Y porque ella creyó que yo también le amaría, que cumpliría con mis votos, que son: cuidarla, amarla, tratarle bien y serle fiel hasta que la muerte nos separe. Ella creyó y yo también, fue así que juntos los dos asumimos ese compromiso de fidelidad. Un ejemplo de esa fidelidad mutua fue cuando enfermé gravemente por el Covid-19, en ningún momento cuestioné a Dios, sólo confié. Mi esposa siempre estuvo al pendiente y al cuidado de mí.

Creer significa entrar en una alianza, hacer un pacto de seguir y servir al Señor Jesús bajo cualquier circunstancia. Porque aún siguiendo al Señor Jesús, se pasan por problemas y adversidades. Es entregarse y estar dispuesto a pagar el precio para seguirlo, cueste lo que cueste, acontezca lo que acontezca, venga lo que venga. “No hay condenación para quien cree en Él” Es con seguridad que quien cree, Él le va a proteger, a guardar y Él cumplirá con Su Palabra. Cuando se tiene un compromiso verdadero con el Señor Jesús no lo cambiamos por nada, ni por nadie.

“Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas. Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto. Pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere”. Juan 3:19-21. Cuando una persona vive en el pecado, ella vive escondida y con miedo. Nuestra reacción nos salva o nos condena. Qué reacción usted ha tenido ante la Palabra de Dios, usted ha creído en ella o la ha rechazado y a creído a Dios a su manera.

Dios envió a Jesús por amor. Le envió para nuestra salvación, pero lo que se hizo por amor ha resultado para condenación. La gente a despreciado el amor de Dios, para seguir viviendo a su manera y pensando que están en lo correcto.

No es Dios el que condena, Dios solo ama; es cada uno que se condena a si mismo. De parte de Cristo Jesús no hay condenación, sólo hay salvación, es uno que se condena a si mismo en el momento que se insiste vivir en la mentira, aún sabiendo la verdad de la Palabra de Dios. El remedio para la salvación es Jesús. Imagine a una persona con una enfermedad mortal rechazar el remedio que le puede curar. No creo que esa persona rechazaría el remedio. Pero, infelizmente en el aspecto de la salvación, cuántas no son las personas que han venido a la iglesia y han tenido esta oportunidad de salvar su alma y no lo han aprovechado.

Llegará en  la vida de todo ser humano, donde el alma se desprenderá del cuerpo y si no se vivió en obediencia a la Palabra de Dios, se perderá lo más precioso que es la salvación. Si tenemos esa consciencia que el Señor Jesús se sacrificó por la humanidad para tener la oportunidad de salvar nuestra alma, cómo se puede seguir pecando de una manera tan deliberada. No pierda la oportunidad tan grande que Dios le está dando, si usted cree, no hay condenación, asuma un compromiso de fidelidad con Dios y usted tendrá lo más grande que un ser humano puede lograr que es su salvación.

Dios les bendiga.

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