La parálisis espiritual

Parálisis espiritual

La Palabra de Dios dice: Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les exponía, la palabra”. Marcos 2:1-2. La meditación en la Palabra de Dios es de suma importancia ya que ella es el alimento para nuestro espíritu y para la fe, ya que el fortalecimiento de ella proviene por el oír la Palabra de Dios.

“Entonces vinieron a traerle un paralítico llevado entre cuatro. Y como no pudieron acercarse a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico”. Marcos 2:3,4.  Los cuatro amigos tomaron la decisión de llevar ante Jesús al paralítico. Ellos abrieron un hueco en el techo, algo que no era fácil y, en una actitud de fe, bajaron la camilla de aquel hombre paralítico. Ellos hicieron algo fuera de lo común, movidos por una disposición de la fe sobrenatural. Ellos no permitieron que el obstáculo que se habían encontrado, el no poder entrar por la puerta, les impidiera a entrar ya que no se acobardaron, no retrocedieron y no volvieron hacia atrás. La fe sobrenatural, que es la fe que viene del Espíritu Santo a través de la Palabra, es completamente diferente de la fe emotiva.

Cuando se actúa por una fe emotiva, cualquier obstáculo es motivo para que haya desanimo o para que se retroceda. En cambio, la fe sobrenatural no le permite a uno retroceder, desistir o darse por vencido. Es necesario analizarnos para poder diferenciar, si uno está actuando por una fe emotiva o una fe sobrenatural.

“Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. Marcos 2:5. La fe es abstracta ya que no la podemos ver. La fe que agrada a Dios es como la de los cuatro y la del paralítico, una fe que le lleva a tomar una actitud. Lo más importante para Dios no es la forma de hablar con Él, sino la manera que actuamos o cómo reaccionamos ante las luchas, los problemas o los obstáculos que enfrentamos.

“Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios”. Marcos 2:7. Dios era el propio Jesús encarnado. Estos hombres, aun conociendo las escrituras, porque no habían recibido la revelación, sólo conocían las informaciones y vivían basados a su religión. No es la religión o religiosidad que nos salva, sino es la fe vivida y aplicada de acuerdo con la Palabra.

“Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: «Tus pecados te son perdonados», o decirle: «Levántate, toma tu camilla y anda»?… de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante”.  Marcos 2:8-12.

Existen 2 clases de parálisis, la parálisis física y la parálisis espiritual. Desafortunadamente, en esta última condición están muchas personas que participan en las iglesias.  El problema de la parálisis física que había en ese hombre era espiritual, ya que estaba enfermo porque había pecado. Eso no quiere decir que todas las personas que sufren una discapacidad o enfermedad es porque fueron provocadas por el pecado. Pero, existe el pecado de la fe y hay personas que han sido paralíticas en la fe porque no han actuado la fe como está orientado en la Palabra de Dios. Eso las ha llevado a no orar, ayunar, no meditar en la Palabra de Dios como deberían, etc… No se interesan en agradar a Dios, tampoco usan la fe que les fue dada por el Espíritu Santo para ganar almas y llevar la salvación para todos aquellos que están perdidos.

Cuando el Señor Jesús vio la fe de los amigos del paralítico, Él se agradó. Ellos también tenían sus problemas, sus necesidades y podrían haber aprovechado el hecho de estar delante de Jesús y olvidarse del paralítico. Esos 4 hombres no buscaron a Jesús en ese momento para resolver sus propios problemas, ellos sabían que los problemas del paralitico eran mayores que los suyos.

¿Cuántas son las personas que vienen a la iglesia y han sido paralíticas en ese sentido? No le dan la mínima importancia a quienes están sufriendo. La persona no quiere saber de nadie, sino solo de sí misma, cometiendo el pecado del egoísmo y del egocentrismo. Hoy en día este es el principal problema de las personas porque solo viven preocupadas por sí mismas y no por el prójimo.

Parálisis espiritual

Cuando una persona está paralítica espiritualmente es porque está enferma en la fe, no se preocupan en ganar almas, en ayudar a alguien y esto acaba provocando problemas en la propia vida de ella. Por igual, no quiere perdonar y se deja dominar por el orgullo. Si se sabe que se debe de hacer el bien y no se hace, se está pecando. Todo pecado trae consecuencia y lo peor es que el alma se daña, porque se pone en riesgo la salvación.

Existen muchas personas que la vida de ellas está paralizada o estancada porque la fe no ha sido vivida como está escrito en la Palabra de Dios. Los apóstoles pidieron a Jesús, “… auméntanos la fe”. Lucas 17:5. Ellos pidieron porque sabían que la necesitaban. Pero la mayoría de las personas quieren resolver sus problemas externos, pero el principal problema está en el interior, por eso la importancia de priorizar el Espíritu y mantener comunión con Él. Cuando estamos viviendo en comunión con el Espíritu Santo, Él nos da las fuerzas para vivir y poder para vencer.

Cuando nosotros estamos en comunión con el Espíritu Santo, Él nos da la disposición para correr riesgos. Cuando los amigos del paralítico subieron al techo, ellos estaban corriendo riesgo, tanto los amigos como el paralítico de caer, empeorar la situación o, incluso, morir, pero la fe sobrenatural les llevó a vencer el miedo y obtener la victoria.

Existen muchas personas que no han considerado esta parálisis espiritual en su vida y se encuentran pecando por ser perezosos con las cosas de Dios al no orar, ayunar, leer la biblia…, como deberían. Para que usted pueda recibir más de Dios, usted tiene que crecer espiritualmente y terminar con esa parálisis espiritual. Peor que cualquier enfermedad física es la enfermedad espiritual, es estar enfermo en la fe. Usted puede cambiar esa situación ya que en usted está la decisión.

Dios les bendiga.

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