¿Qué es el hombre? Parte IV

Cualquier enfermedad en el cuerpo refleja los dolores en el alma. Por lo tanto, es en el alma que se sienten los dolores físicos y emocionales del cuerpo.

3) El cuerpo es el medio que nos proporciona contacto con el mundo exterior, nos da consciencia de quiénes somos y trae las características genéticas heredadas de nuestros padres.

Por medio del cuerpo, el hombre logra hacer muchas actividades (comunicarse, trabajar, desplazarse, divertirse, etc.) y, en búsqueda de placer, comodidad y seguridad, invierte en él 24 horas por día. Sea en el cuidado alimenticio, en el sueño, en el descanso, en el deporte o en el ocio, de alguna forma él parece ser el centro de la atención durante toda la vida. Lamentablemente, la mayoría de las personas vive la vida entera en función de su cuerpo, como si este fuera eterno. No le dan la mínima atención al ser incorpóreo que lo mantiene activo: el alma.

A pesar de que el cuerpo (la materia física) sea visible, tocable, sentido, apreciado, alabado, divinizado e incluso se le rinda culto, pocos le han dado la debida atención al ser que mantiene el cuerpo vivo en la Tierra.

A causa de eso, el ser humano ha sufrido los horrores de sus constantes malas elecciones. En el afán de querer satisfacer sus pasiones, así como toda clase de deseos que, en principio, responden a los caprichos del cuerpo, el hombre termina tornándose esclavo del pecado y del mal. Así, no hay forma de evitar los dolores, las angustias y el vacío del alma que se encuentra plenamente desorientada y perdida.

En su mayor dolor y aflicción, el rey David clamó: “… Oh SEÑOR, ten piedad de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado” (Salmos 41:4).

El pecado es una ofensa contra Dios. Esa transgresión les da el derecho a los espíritus inmundos de apoderarse del cuerpo de los que odian la justicia divina para, entonces, imponer su desorden e injusticia en la vida de esas personas.

Sabemos que nuestra vieja naturaleza pecaminosa fue clavada en la cruz junto con Cristo; de esta manera, ya no está bajo el dominio del pecado, ni tiene que someterse a la esclavitud del pecado. Romanos 6:6 NBV

Continuará…

Libro: Secretos y Misteriosos del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo

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