Su pecado afecta a todos (Parte 1)

Su pecado afecta a todos (Parte 1)

Muchos piensan que las elecciones que hacen son un problema exclusivamente de ellos y que nadie tiene nada que ver con eso. En parte, eso es verdad. Sin embargo, debe considerarse que no somos como una isla que no interactúa con las demás personas. ¡Al contrario! Estamos todos, de alguna manera, conectados unos a los otros, y nuestras actitudes influyen, y mucho, la vida de los que nos rodean.

La forma en la que Coré, Datán, Abiram y sus familiares murieron es un ejemplo de esto. Un grupo liderado por Coré se levantó contra la autoridad de Moisés, allí en el desierto, rumbo a la conquista de la Tierra Prometida. En su interior, la motivación del cabeza de la rebelión era disfrutar de los privilegios y de los beneficios que el cargo sacerdotal de Aarón proporcionaba. Aquel bando no quería servir al pueblo de Israel, sino a sí mismo, obteniendo ventajas a las que, supuestamente, se tenía derecho en una posición de liderazgo. La ira de Dios se encendió contra todos, inclusive, el Texto Sagrado dice que tanto ellos como sus casas fueron tragados por la Tierra y descendieron vivos al abismo (Números 16:24-35).

Otro caso ocurrió en Jericó, cuando un solo hombre pecó al tomar, deliberadamente, los despojos de esa ciudad conquistada por Israel. Acán desobedeció a la orden del Altísimo y, secretamente, se llevó un manto babilónico y monedas de oro y de plata al campamento de Israel. A causa de su delito, varios soldados que fueron a guerrear en otra ciudad, llamada Hai, murieron. Eso le trajo dolor y humillación al pueblo ante las demás naciones (Josué 7).

Así también sucedió con David debido a su adulterio. Al desposar a Betsabé, esposa de Urías, y ordenar la muerte de este, el rey padeció junto con toda su familia, pues sus hijos cosecharon las consecuencias de su mala conducta. Perciba, entonces, que el acto del marido que decide adulterar afecta a la vida de su mujer, de sus hijos y, muchas veces, incluso a la de sus padres.

Trayendo esos hechos a nuestros días, percibimos que lo mismo sucede en las familias actuales. En una casa, todos pueden ser honestos y de carácter, pero, si existe un miembro adicto o de mala índole, por ejemplo, toda la familia sufrirá las consecuencias de sus actos. De la misma forma, si un pastor cae, al relajarse en su fe y dejarse enredar por el pecado, probablemente, arrastrará a un gran número de personas consigo debido al escándalo y a la incredulidad que provocará. Así, toda la multitud, que fue llevada a la conversión por él, no será nada comparada con la cantidad de aquellos que caigan a causa de su mala conducta.

Vivimos una época de gran vergüenza en el medio evangélico, a causa, justamente, de aquellos que deberían servirle de modelo al Rebaño de Dios. Hemos visto, por parte de obispos, pastores, misioneros y obreros, una larga lista de pecados ya banalizados, como adulterio, robo, mentira, trampas, vanidad, disputas por posiciones, entre otros. Sin embargo, nada de eso surgió de un momento a otro, sino que comenzó con una pequeña semilla plantada en el corazón, que germinó con la voluntad de transgredir y dio fruto al pecado.

continuara…

Si tienen alguna pregunta contáctenos

Share This Post

More To Explore