Natael Matul se sentía atrapado por una profunda tristeza puesto que por circunstancia de la vida tuvo que ser criado solo por su padre quien era un hombre lleno de ira que lo agredía con golpes e insultos por eso había crecido en su interior un sentimiento de inferioridad. A la edad de quince años su padre lo obligó a casarse eligiendo incluso su pareja en contra de su voluntad alegando que dicha decisión ayudaría a madurar en la vida.
Pero quien ahora fuera su esposa se aprovechaba de los complejos de Natael para usarlos en su contra puesto que ella alegando celos como excusa, lo agredía tanto física como verbalmente la no quedaban rastros de autoestima en su personalidad. Tomó la decisión de abandonar el hogar, pero la soledad lo llevó a caer en el vicio del alcohol era tarde para él tanto dolor y sufrimiento había carcomido su corazón.
Natael tras conocer la Iglesia Universal a través de un programa de televisión acudió a esta para lograr ser liberado de tanta opresión y fue así como gracias al Espíritu Santo recobró su sonrisa y se convirtió así en testigo de que por el sendero de Dios siempre habrá una salida.
