Aumente su fe

Nuestra fe tiene que producir cambios en nuestra vida y cambios en la vida de otras personas, comenzando con la vida de nuestra familia. Cuando la fe no produce un cambio, eso significa que apenas es una creencia religiosa. La Palabra de Dios dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Romanos 10:17. No es apenas oír la lectura de la Palabra, sino es oír la voz de Dios que viene a través de la Palabra.

¿Cómo se puede saber que se ha recibido la revelación de Dios? La respuesta es cuando se tiene disposición. Un ejemplo que puedo describir es cuando era joven y estaba sumergido en el mundo criminal, mi defensa era el arma que usaba, mis enemigos eran la policía y otros pandilleros. Pero, cuando escuché la voz de Dios a través de Su Palabra, en mí surgió la disposición que viene de Él para ponerme en Su total dependencia. A partir de ese momento, comencé a depender solo de Dios, y de ahí surgió la fe sobrenatural.

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”. Hebreos 12:2. Sólo se puede recibir la fe del Señor Jesús cuando hay entrega y se toma la decisión de abandonar el pecado. Muchas de las veces el pecado de una persona no está relacionado a la conducta moral, sino al comportamiento espiritual. Eso significa lo siguiente, que hay personas que tienen en primer lugar en su vida a un ser querido o algo material, pero cuando se escucha la Palabra de Dios y se toma la decisión de obedecerla, el Espíritu Santo da la fe de poner al Señor Jesús por encima de todo, esto es, ponerlo como prioridad.

No es suficiente tener fe, cuál es la razón de que algunas personas son bendecidas en algunos aspectos y en otras no. Existen quienes han tenido fe para avanzar económicamente, pero no tienen fe para ser sanadas, otras tienen fe para ser sanadas, pero no tienen fe para luchar por su familia para que sea salva y así sucesivamente. Hay personas que, incluso, se encuentran en nuestro medio, pero ellas no han tenido fe para perdonar y bíblicamente lo que nos dice la Palabra de Dios es que tenemos que perdonar.

Cuando el Señor habló sobre el perdón, dijo lo siguiente: “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.  Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”. Lucas 17:3,4. Dios nos orienta a perdonar siempre sin importar el grado de la ofensa. Al escuchar eso, los discípulos le dijeron lo siguiente: Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”. Lucas 17:5. Cuántas personas, al no crecer en la fe, han fracasado en ese aspecto y no consiguen perdonar. Cuántos son los jóvenes que han tenido decepciones sentimentales, porque no tienen fe para perseverar y esperar que Él muestre a la persona que ha preparado para ella o él. Y eso acontece porque las personas no han crecido en la fe o no tienen esa fe sobrenatural y terminan tomando sus propias decisiones y fracasando. No hay éxito o victoria real, fuera de la voluntad de Dios. No nos podemos eludir apenas con una victoria o con el éxito, tiene que venir de la mano de Él y no hay nadie que pueda tocar en los que es dado por Dios y esto incluye, principalmente, nuestra salvación.

Existen muchas personas que no han tenido fe para recibir lo principal que viene de Dios que es el Espíritu Santo, porque la verdadera fe que viene de la Palabra exige sacrificio, la fe bíblica es una fe sacrificial, es como la fe que sostiene el matrimonio. Es imposible permanecer casado (a) hasta la muerte, si no existe la disposición de sacrificar en el matrimonio.

Lo principal de nuestra relación con Dios es nuestra fe, como describe la Palabra de Dios: “Obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas”. 1 Pedro 1:9. Un día estaremos cara a cara con la muerte, nuestra alma saldrá de nuestro cuerpo y qué pasará con ella. ¿Cuál será el destino de nuestra alma? ¿La Presencia de Dios eternamente o la presencia del diablo en el infierno?

Es importante aumentar la fe para lograr las victorias, pero lo principal de nuestra fe no son las conquistas materiales, sino la salvación de nuestra alma. Para que uno pueda mantener la salvación uno tiene que crecer en la fe. ¿Cómo se encuentra su fe? ¿Débil, fría, depende de otras personas…? La verdadera fe nos convierte en dependientes solo de Dios.

Siempre es necesario crecer en la fe, porque va a llegar un momento en que se sufrirán persecuciones o se recibirá una mala noticia. Cuando se es débil en la fe, la persona se entrega a los ataques del diablo, a los cuestionamientos, etc. Cuando nosotros estamos creciendo en la fe, venga lo que venga, acontezca lo que acontezca, permanecemos firmes.

Tal vez usted se pregunte: ¿qué tengo que hacer para aumentar mi fe? Dependa de Jesús, medite más en la Palabra de Dios, participe más constantemente en los servicios de la iglesia, todos los días por la mañana y por la noche es bueno meditar en la Palabra de Dios, orar, ayunar una o dos veces por semana. Tenga una vida consagrada a Dios, para que su fe crezca cada día y así usted pueda vencer las luchas contra el mundo, contra su vieja naturaleza y sus luchas contra satanás y sus demonios. De esta manera usted tenga victorias en cada aspecto de su vida, pero conquistar lo primordial que es su salvación.

Dios les bendiga.

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