Carta a la Iglesia de Esmirna ( Parte 2)

Los sufrimientos pueden mostrar el grado de espiritualidad reinante en la iglesia de Esmirna o en las iglesias que como ella, a lo largo de la historia, vienen gimiendo implacables persecuciones, tanto política como religiosa. Por eso en la carta a ella dirigida, el Señor Jesús muestra conocimiento de su tribulación.

Muchas veces también somos llevados a circunstancias tan difíciles que llegamos a pensar que nuestro Señor nos abandonó. Por otro lado también sabemos que nada en este mundo pasa desapercibido delante de Sus ojos. Y la pregunta entonces es: ¿Por qué Dios permite que pasemos tantas tribulaciones, tantas dificultades, tantos sufrimientos…? ¿Por qué Él no pasa el cáliz del sufrimiento y de dolor de cada uno de nosotros…? El propio Espíritu Santo responde a través del apóstol Pablo, diciendo:

«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» (2 Corintios 4:17).

La iglesia de Éfeso naturalmente no había pasado por las mismas tribulaciones que la iglesia de Esmirna, al contrario, ella se volvió importante, influyente y una de las más famosas del mundo y sin embargo, mereció reprensión del Señor por haber abandonado su primer amor; sin embargo, la iglesia de Esmirna era atribulada, era pobre, y aún tenía que sufrir, pues algunos de ellos iban a ser presos y colocados a prueba culminando en una tribulación de diez días. Para con ella no hubo ninguna censura de parte del Señor Jesús. Si la iglesia de Éfeso hubiese sufrido las tribulaciones que Esmirna sufrió, ciertamente ella no habría abandonado el primer amor. Tal vez sea esa la principal razón porque Pablo dijo: «… pero también nos gloriemos en las propias tribulaciones…».

«Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte» (Apocalipsis 2:10-11).

La fidelidad forma parte del carácter de aquellos que nacieron de nuevo y que por eso mismo ellos son moradas del Espíritu Santo de Dios. Son en las tribulaciones que la fidelidad queda transparente, pues es mucho más fácil ser fiel cuando las cosas van bien. Lo que el Señor Jesús tenía motivo para considerar esa iglesia fiel y hasta estimularla a continuar así hasta la muerte, una vez que las probaciones por las que él ha pasado testifican a su respecto. Mientras tanto, no es suficiente ser fiel sólo durante un tiempo o la mayor parte del tiempo, sino durante todo el tiempo hasta la muerte. Este es el requisito para la victoria total y la conquista de la corona de la vida.

Continuará…

Si le interesa lea también: Carta a la Iglesia de Esmirna (Parte 1)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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