Carta a la Iglesia de Pérgamo (Parte 3)

Casi todos los países del mundo han estimulado la práctica de comer cosas sacrificadas a los ídolos. Los nombres y las figuras de los santos varían, pero la práctica es la misma. La obediencia es el mismo diablo y la desobediencia es al Único Dios Vivo y Verdadero. En Brasil, por ejemplo, nosotros tenemos varias fiestas católicas que estimulan ese hábito: en el día 27 de septiembre es conmemorado Cosme, Damián y Doum; y ese día entonces, es costumbre de los católicos mezclarse con adeptos de otras religiones, incluso Umbanda, Quimbanda y Candomblé y juntos ofrecer bollos, dulces y tartas para todos los niños de la vecindad, en homenaje a aquellos santos de la iglesia católica. No obstante la muerte de millares de niños debido a atropellamientos y accidentes, además de muchas «dolencias inexplicables» han cometido tanta gente en este día, especialmente niños inocentes, esa práctica permanece inalterable y ninguna autoridad toma cualquier providencia, ni de la propia iglesia católica y mucho menos el Estado. También en el mes de junio tenemos las fiestas católicas juninas, cuando son homenajeados San Pedro, San Antonio y San Juan. Y de la misma forma como un día de los otros santos, en los días de esos también son ofrecidas comidas, solo que también está abierto a los adultos.

El Señor Jesús dejó bien claro que «El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios» (Juan 8:47). Eso significa decir que aquellos que comen cosas sacrificadas a los ídolos no pertenecen a Dios porque simplemente desobedecen a la Palabra de Dios. el diablo, naturalmente, se ha deleitado con esas prácticas, pues ellas son totalmente contra la de Dios, y aquellos que así actúan están den pleno acuerdo con el diablo y procuran satisfacer los deseos de él. Aquellos que insisten en comer cosas sacrificadas a los ídolos están sujetos a la condenación eterna, tanto como aquellos que practican la prostitución, el robo, el asesinato, la mentira, etc., pues están desobedeciendo la Palabra de Dios y obedeciendo la palabra de Balaam

Es interesante observar que la enseñanza de Balaam básicamente se restringía sólo a dos prácticas:

  • Comer cosas sacrificadas a los ídolos.
  • Practicar la prostitución.

 

Y tanto una como otra es profundamente atraída por los ojos; es decir, exactamente como la fruta prohibida del Jardín del Edén. Es decir: el diablo mantiene el mismo método para hacer las personas caer en sus garras, además de destruirlas en la gracia de Dios. Sin embargo, la tentación jamás es por encima de nuestras condiciones de poder resistir, porque está escrito: «… pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar» (1Corintios 10:13). En otras palabras, esto significa decir que nadie puede dar disculpas de que cayó en tentación «sin querer».

Continuará…

Si le interesa lea también: Carta a la Iglesia de Pérgamo (Parte 2)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

 

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