El haber nacido de Dios, recibir el Espíritu Santo y haber recibido de Su unción, no es suficiente, hay que permanecer y perseverar en la unción que Dios nos ha dado. Esta unción, Dios no la da, solo para que resolvamos nuestros problemas. Él al incluirnos en Sus planes y propósitos, es porque quiere manifestar de Su grandeza en nuestra vida con lo primero que es darnos de Su Espíritu, para así hacer más en nosotros y a través de nosotros.
La unción Dios la da, pero si uno no permanece en ella o no persevera para mantenerla, es lo mismo como si no se tuviera, la persona se torna egoísta, egocéntrica, solo vive para sí misma, enfocada en su propia vida, en lo material que solo es temporal. Por el contrario, cuando se persevera en la unción uno vive para lo eterno, que es la salvación y si usted es salvo, ya es eterno, refiriéndonos espiritualmente.
Mantener la salvación no es fácil, es sacrificio y lucha, pero Él nos da el poder a través de la unción para permanecer salvos. Pero, mientras se viva en este mundo, la voluntad de Dios es que se sea victorioso y vencedor. Que en el momento que se enfrenten los problemas, las tribulaciones, las persecuciones, los escándalos dentro de la iglesia, porque ellos acontecerán y llegará un día en que los escuchará. La razón de mencionar está última parte, no es para que usted se escandalice, el claro ejemplo lo tenemos en la Palabra de Dios, donde menciona como los ángeles en el cielo, principalmente Satanás que también era un ángel, se rebeló contra Dios. Si eso aconteció en el cielo, también puede suceder en la tierra, como ya hemos escuchado o visto que hombres que eran de Dios cayeron en pecado, se corrompieron, no quisieron más llevar una vida con Dios y se rebelaron.
El hecho de escuchar o ver estos escándalos, entre los propios que se dicen estar en la fe, no nos da ningún motivo, de decir que por causa de eso, hemos desanimado, porque no nos podemos dejar llevar por el mal testimonio de una persona, porque si miramos sólo para Dios, eso no puede pasar y cuando estemos delante de Dios ese tipo de justificación no tendrá validez. Es por eso la importancia de tener la unción de Dios y perseverar en ella, porque ella nos lleva a vencer. No podemos olvidar que la salvación es individual.
Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; por tanto, Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros. Salmos 45:7. Sea cual sea la circunstancia, la alegría tiene que estar en uno, se puede estar pasando por una profunda tristeza, pero la alegría del Espíritu Santo es más profunda que cualquier tristeza. Para quienes tienen el oleo de alegría, no hay depresión, porque se tiene el Espíritu de alegría.
Es posible que una persona tenga más el Espíritu Santo que el otro, No. Pero, hay personas que son más ungidas que otras. Las personas que son más ungidas, son porque en ellas hay más entrega, se comprometen más con las cosas de Dios. Eso lleva a la persona a hacer más usada por Dios y quien es más ungido es más victorioso.
El tener más unción, nos lleva a enfrentar más luchas, más tribulaciones, más situaciones críticas, también se puede ser traicionado, calumniado, mal comprendido, mal interpretado… Se enfrentarán infinidad de problemas, pero está unción dará la victoria, porque cuando se tiene más unción se vence. Lo principal de ella es la capacidad de perseverar y permanecer en la fe. Porque quien tiene la unción, cada día quiere sacrificarse más, darse más y cada vez pone más fuerza, por eso cada vez tiene más la unción.
Cuando la persona no está en la permanencia y perseverancia de la unción, ella se desanima, reclama y murmura. Se compromete menos con las cosas de Dios que los otros, ella sólo hace lo que se le manda a hacer, no hace nada a más. Lo podemos relacionar como en un lugar laboral, hay personas que siempre encuentran una justificación para faltar al trabajo, porque no quieren trabajar, para tener más tiempo libre. Esto es, menos exista un compromiso, menos éxito o victoria se tendrá.
Cuanto menos se lee la Palabra de Dios, menos Dios hablará con usted. Cuanto menos se ora, menos fuerzas usted tendrá para vencer los ataques del diablo. Para vencer los ataques del diablo, se tiene que usar toda la armadura de Dios. Satanás sabe si la persona es más o menos comprometida y entregada a Dios. Dios quiere ungirnos más, pero es una decisión de cada uno, porque por parte de Dios, no hay una obligación, todo va a depender de nuestra entrega. Cuando nos damos por completo a Él, estamos mostrándole, que Él está en primer lugar en nuestra vida y que estamos desprendidos de todo.
Recuerde siempre esta palabra, nunca de más para sí mismo, que para Dios. Dios es en primer lugar, incluso antes que nuestra familia. Si usted quiere tener más unción, entréguese más, conságrese más y persevere, para que la unción permanezca en usted. Estamos a una semana de terminar el ayuno de Daniel, si usted quiere el Espíritu Santo, aproveche estos días, porque usted recibirá la unción de Dios que es Su Espíritu y después de haberlo recibido, persevere y luche por cada día tener más está unción que sólo Dios le puede dar.
Dios les bendiga.
