La Palabra de Dios describe: Uno de la multitud le dijo: Maestro, dile a mi hermano que divida la herencia conmigo. Pero, Él le dijo: ¡Hombre! ¿Quién me ha puesto por juez o árbitro sobre vosotros? Lucas 12:13,14. Ese hombre no se acercó al Señor Jesús para conocerlo, él estaba interesado solo en resolver algo de su vida financiera, viéndolo materialmente. El Señor Jesús, sabiendo de la condición del alma de aquel hombre, le quiso enseñar que Él estaba más allá que cualquier problema material.
“Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes”. Lucas 12:15. Quien no ha tenido un encuentro con el Señor Jesús, solo piensa desde una perspectiva material. Dios quiere que tengamos una vida que Lo glorifique, pero lo material nunca debe ser la prioridad y si la salvación del alma.
“También les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. Y pensaba dentro de sí, diciendo: «¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?». Entonces dijo: «Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes”. Lucas 12:16-18. Cuando el Señor Jesús refirió la parábola de aquel hombre, las características de él, era que era una persona en extremo egoísta, que solo vivía, pensaba y acumulaba para él mismo. Todos los bienes que él tenía no eran para ayudar o servir al prójimo, eran para servirse a si mismo
El egoísmo y la avaricia es pecado. Existen personas que no viven para la gloria de Dios, sino que viven sólo para ellas mismas, como fue el caso del hombre que describe la biblia.
“Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete”. Lucas 12:19. Cuántas son las personas que han pensado de esa manera: comer, beber y descansar. La incredulidad ha hecho que las personas quieran vivir solo para eso y no se detienen a pensar que ellas pudieran ser útiles para Dios. Es necesario preguntarse: ¿en qué Dios me está usando? ¿la vida de quién estoy edificando? Quien es egoísta, avaricioso o materialista, no considera esas preguntas.
“Pero Dios le dijo: «¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?»”. Lucas 12:20. La única provisión para el alma es el Espíritu Santo, porque sin Él no hay salvación. Lo principal no es la solución de los problemas, la prioridad debe ser el Espíritu Santo. El alma es eterna, ella no va a morir, ella pasará la eternidad en la presencia de Dios o en la presencia del diablo.
Para mantener la salvación es necesario estar en la presencia de Dios las 24 horas, estando siempre en espíritu. Con los pensamientos en Dios, porque realmente en cualquier momento uno puede morir. Y si se muere en la presencia del diablo, en el pecado no habrá oportunidad para la salvación.
“Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios”. Lucas 12:21. Es bueno hacerse las siguientes preguntas a usted mismo: ¿Usted es una persona que se considera rica en su relación con Dios? ¿Qué tan seguido oro, ayuno, medito en la Palabra de Dios, ofrendo y diezmo? ¿Qué tan seguido soy usado por Dios para ganar almas? ¿Con qué frecuencia soy usado por el Espíritu Santo para ayudar a alguien? ¿Con qué frecuencia Dios me usa para bendecir mi matrimonio, mi familia o mis parientes? ¿Con qué frecuencia perdono? ¿Cómo he reaccionado ante las pruebas, las tribulaciones y persecuciones?
Cuando alguien es pobre de espíritu en su relación con Dios, hay ignorancia con respecto a la Palabra de Dios y eso lleva infelizmente a depender de la opinión de los demás. Sigue al pie de la letra lo que otra persona dice, no sabe discernir si lo que viene es de la Palabra de Dios o si viene de la Palabra del hombre. Nosotros solo debemos de aceptar lo que el hombre dice si está de acuerdo con la Palabra de Dios, por eso es necesario la meditación en ella. Muchas personas son engañadas, porque han seguido la opinión de los hombres y no la opinión de Dios.
Dios no honra argumentos de hombres, lo que marcará la diferencia en su vida es la fe en la Palabra de Dios, fe en Sus Promesas, porque Él promete abrir su buen tesoro que es el cielo y derramar bendiciones hasta que sobreabunden. Quien tiene una relación con Dios, quiere los tesoros que Dios tiene para darnos, pero los queremos para que Dios pueda usarnos más, no para acumular riquezas, sino para que Él sea glorificado. Esa relación rica con Dios nos lleva a tener el conocimiento que tenemos que perseverar, tener paciencia, persistir, se sabe que el proceso es severo y por eso no se cuestiona a Dios. Porque quien tiene una relación rica con Dios sabe que Él tiene un propósito y que transformará cualquier situación adversa que estemos viviendo.
Preocúpese en tener una rica relación con Dios, busque resolver sus problemas con Dios, no dependiendo del hombre, sino de Dios y usted verá que los tesoros escondidos que Él tiene se los entregará para honra y gloria de Él.
Dios los bendiga.
