Cómo leer la Biblia (Parte II)

El único medio de provocar el aumento de fe en nosotros y en los que nos oyen es al mencionar pasajes bíblicos.

El único medio de provocar el aumento de fe en nosotros y en los que nos oyen es al mencionar pasajes bíblicos. Por mejor que sea el testimonio de una persona, nunca surtirá el efecto que tiene la propia Palabra de Dios. Cuando nosotros utilizamos el testimonio de alguien es con el objetivo de traer ánimo y entusiasmo a los oyentes, para que ellos tengan disposición de orar y buscar en Dios la solución de sus problemas. Solamente ministrando la Palabra de Dios es que conseguimos avivar y proporcionar más fe en las personas. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”(Romanos 10:17).

Muchos cristianos han sido ridiculizados ante la opinión pública al citar erróneamente pasajes bíblicos. Por ejemplo, ya he oído a alguien decir que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en forma de viento. Cuando la realidad es que el Espíritu Santo vino sobre los discípulos y el sonido era como de un viento impetuoso. Por eso, nosotros vemos la gran necesidad de tener un conocimiento real de la Palabra de Dios, tal y como nos amonesta el apóstol Pablo:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

El lector que desea crecer en la gracia y en el conocimiento del Señor Jesucristo, además de ser un “jarro” elegido por Dios, debe tener el máximo de cuidado con su vida espiritual y un esfuerzo esmerado en el conocimiento de la Palabra de Dios, pues ella es el apoyo poderoso de nuestra fe.

La Palabra de Dios es tan importante que hay un salmo exaltándola exclusivamente en cada versículo, es el Salmo 119. El propio Señor Jesús dijo:

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Marcos 13:31).

Cuando la Reina Isabel II de Inglaterra estaba siendo coronada en la Abadía de Westminster, la dádiva que le fue hecha, fue un ejemplar de la Biblia, fue la parte más conmovedora de la ceremonia. Al entregarle el presente, el reverendo oficiante le dijo: “Vuestra Majestad, os entrego la cosa más preciosa que os pueda dar”. Sin duda, un excelente presente. La cosa más preciosa, porque es producto de la inspiración divina.

Continuará…

Si le interesa lea también: Cómo leer la Biblia (Parte I)

Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

Share This Post

More To Explore