Dios quiere incluirlo en Sus planes

Después de estas cosas la Palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande. (Génesis 15:1)

El significado de “no temas”, es de no desconfiar. Hay una diferencia muy grande entre el creer en el Poder de Dios y en confiar en Su carácter. Sólo una persona que tuvo una experiencia con Él y que su carácter también fue transformado, realmente puede confiar en el carácter de Dios. Mientras el carácter de una persona no es transformado por el carácter de Dios, uno no consigue confiar en el carácter. Por eso, cuando uno enfrenta problemas, es vencido por ellos, porque se entrega a la duda, al miedo, a la incredulidad; y la peor de todas que es la desconfianza. 

Si hay una cosa que a nosotros seres humanos no nos gusta es que alguien tenga desconfianza de nosotros. ¿Imagínese Dios? 

Todas las Promesas de Dios son cosas grandiosas, ninguna de ellas son pequeñas o cualquieras. Las cosas pequeñas son cosas que podemos conquistar con nuestras propias manos. No hay razón por la cual, uno que haya recibido el Espíritu Santo, solamente conquiste cosas que provengan de la fuerza de su brazo. Es aquí que uno tiene que analizarse y percibir si realmente tiene el Espíritu Santo, porque Él no promete cosas pequeñas o mejorar lo que uno tiene, sus recompensas son de cosas muy grandes y extraordinarias. Entonces, ¿usted ha visto estas grandes maravillas en su vida?

Esta es la indignación que uno tiene que tener al recibir el Espíritu Santo, ¿cómo uno puede creer en un Dios tan grande y seguir viviendo una vida tan pequeña que no muestra o revela la grandeza de Dios? Este es uno de los peores engaños, el peor engaño no es de uno ser engañado por alguien y sí por uno mismo. 

Pregúntese, ¿será qué mi fe es un engaño? Si su fe no puede solucionar los problemas y cambiar su vida, entonces, ¿cómo puede usted creer qué su alma está salva?

Usted sabe que mientras uno no tenga un encuentro y la experiencia del nuevo nacimiento con Dios, uno vive apegado a las cosas y a las personas de este mundo. Uno no piensa o vive enfocado en las cosas celestiales, en la salvación y en las cosas que Dios quiere para uno. Se vive lo que uno quiere, en los deseos carnales, sus planes individuales, sus propios propósitos. Es por esta razón por la cual uno se frustra.

Cuando uno realmente conoce y tiene un encuentro con Dios, uno es libre de sus voluntades, de pensamientos inútiles, de una mente pequeña, de todo complejo, trauma y pensamientos negativo. Abram quería solamente un hijo, pero Dios le afirmó que sería padre de una MULTITUD, pero su visión continuaba pequeña, él tenía la visión de la tierra y no de los cielos. Por eso Dios hizo que Abram saliera de su tienda, pues su visión estando ahí era limitada; él tendría que mirar al cielo para entender la visión y la mente de lo que Dios planeaba.

Dios les bendiga.

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