Varias mujeres, a consecuencia de un sinnúmero de factores semejantes a los defectos físicos, las influencias de la sociedad, las redes sociales, normas de belleza extremas, problemas o disfunción del hogar, han sido llevadas a perder el amor propio. Al verse en el espejo ve los defectos e imperfecciones, pero no logra ver las virtudes y lo que hace a esa mujer única. Por este motivo hay muchas mujeres que caen en un cuadro depresivo, perdiendo las ganas para seguir adelante y ser feliz.
Ante esta situación, el Espíritu Santo, quien puede sanar todas las heridas interiores y darle sentido a la vida, puede transformar a esta mujer. No importa como las otras personas la perciban o las normas impuestas por la sociedad, ella se logra ver en un espejo con amor, respeto y verse como una vencedora. Si tú, mujer, te encuentras en esta situación, acompaña esta oración de fe para que el Espíritu Santo entre en tu ser y vuelva a nacer el amor propio.
