El Espíritu Santo, ¡la gran dádiva de Dios! (Parte II)

Es vital para la fe de todo cristiano el conocimiento del Espíritu Santo. Él no es una influencia, ni una energía, ni un espíritu cualquiera más “evolucionado”, “iluminado”, etc. El Espíritu Santo posee en sí mismo los elementos de la existencia personal. Posee propiedades, cualidades, y grandes virtudes que le confieren una personalidad. Es una persona, al igual que lo son Jesucristo y el Padre. Sus obras y trabajos son los más variados, pero el más importante es que tiene la misión de llevarnos hasta Jesucristo.

El Espíritu Santo tiene un gran deseo de guiarnos y de llenarnos con Su plenitud para que podamos ser una unidad. Todo lo que el Señor Jesús hizo fue hecho debido a la unción que recibió del Espíritu Santo, el cual desea habitar en nosotros.

La mayor dádiva de Jesucristo y sus seguidores fue la poderosa unción del Espíritu Santo. Él lo recibió al ser bautizado por Juan el Bautista, los apóstoles, las mujeres que seguían a Jesús y cada uno de los 120 que estaban presentes en el Cenáculo recibieron el Espíritu Santo. Cada una de las 3.000 personas que oían a Pedro predicar en el día de Pentecostés recibió la promesa de la unción del Espíritu. Todas esas personas fueron bautizadas en el Espíritu Santo y lo necesitaron de Él. Si ellos lo necesitaron, entonces usted y yo también necesitamos de esa bendición.

Cada uno que ha sido bautizado con el Espíritu Santo cuenta su propia experiencia y cada una es distinta de la de los demás.

Una persona, para tener la plenitud del Espíritu Santo, necesita, ante todo, estar vacía de sí misma, libre de tradiciones y dogmas religiosos, libre de todo aquello que impida una excelente relación con Dios. Debe haber un deseo profundo en la vida de cada cristiano de ser revestido del Espíritu Santo.

Aquel que busca el Espíritu Santo debe tener un objetivo establecido. Debe conocer el plan de Dios para el cumplimiento de esa promesa. El Espíritu Santo fue enviado para sustituir al Señor Jesucristo. Si alguien quiere ese bautismo y no está dispuesto a seguirlo, está perdiendo el tiempo y su esfuerzo será inútil.

Continuará…

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Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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