En sus momentos de agonía ninguno de sus amigos estuvo a su lado para acompañarlo

Miguel Dávila llevaba en el pasado una vida criminal, se dedicaba a la venta de estupefacientes en las calles, además del robo a mano armada, una vida triste que lo terminaría hundiendo en la desgracia. Ese estilo de vivir lo llevó a sufrir un ataque armado que casi acaba con su existencia, tuvo que ser hospitalizado de gravedad debido a las balas que recibió y que generaron un grave daño en él.

Se enfrentó a la dura realidad al ver que en esos momentos de agonía y dolor ninguno de aquellos que se hacía llamar sus amigos estuvo a su lado para acompañarlo, al salir de aquella situación quedó deprimido y optó por el consumo de drogas solo para seguir sumergido en una vida triste.

Un día Miguel Dávila se encontraba viendo la predica en la televisión y no pudo evitar que aquellas palabras retumbaran en sus oídos, puesto que se veía reflejado en cada una de las palabras dichas. Acudió a la Iglesia Universal y gracias a su trabajo en la fe y la palabra de Dios se siente tranquilo y feliz de poder abandonado aquella vida delincuencial a la que pertenecía.

Testimonio Miguel Dávila.

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