La Palabra de Dios nos dice: “Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación. Y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse. Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean”. 1 Pedro 1:3-5. Para mantener la fe es necesario alimentarla y ella se alimenta a través de la Palabra. Cuando no es así, el resultado será la debilidad espiritual y el alejamiento de Dios, por la falta de alimentación de Su Palabra.
Cuando uno vive por la fe, se soporta todo, no importando el ambiente en que se encuentre quien tiene una fe auténtica, vive por la fe. Dios le da el soporte y la fuerza para vencer en el ambiente donde se encuentra, porque Dios da también la fe que salva el alma cuando la persona se entrega 100% a Él. Cuando existe una entrega viene el Espíritu Santo sobre la persona. Caso contrario acontece cuando la persona está débil, caída o no tiene fe para renunciar a su propia voluntad, ella termina alejándose de Dios.
“Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo”.1 Pedro 1:6,7. Cuando la fe es autentica, la persona es verdadera y una pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos, es si nuestra fe es auténtica. Si usted se da cuenta que su fe es autentica, siga en esa permanencia de la fe, aunque es importante que vigile ya que la Palabra de Dios nos dice que existe una posibilidad que la fe no permanezca firme. Por eso es importante buscar crecer en la fe para no ponerla en riesgo. Nuestra fe no puede ser puesta en riesgo por nada ni por nadie. Por ejemplo, una persona que entra en una relación sentimental con una persona que no está en la misma fe que ella, está colocando en riesgo su fe y terminará su fe siendo contaminada, de la misma manera con aquellas que dicen ser sus amistades, se está poniendo en riesgo su fe. La Biblia nos dice al respecto: “… las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33.
Cuántas no son las personas que no han permanecido en la fe y han comprometido su salvación eterna, porque no buscan alimentarse de la Palabra de Dios y terminan siendo engañadas por su propio corazón o por otras enseñanzas que no están de acuerdo con la Palabra de Dios. En la Palabra de Dios no vamos a encontrar algo que agrade a la carne, porque el contrario si queremos servir y seguir al Señor Jesús, todo lo que está en ella desagrada a la carne. Es imposible servir y seguir al Señor Jesús si no hay renuncia, es necesario tomar una decisión: o se está en la presencia de Dios o en la presencia del mundo, es una cosa u otra.
Vendrá un día como lo describe la Biblia que vendrá la gran tribulación, donde sólo los salvos serán arrebatados y solo ellos podrán entrar a la Casa de Dios que es la puerta del cielo. Nos podemos imaginar si llegase ese momento y a causa de haber descuidado la fe no entrar y quedar en este mundo para pasar por la gran tribulación.
Si usted ha vivido por la fe hasta ahora, sepa que todas las luchas que enfrenta son pequeñas tribulaciones y no se compara con la gran tribulación que está por venir. El día de la Revelación a todo el mundo, será en el día del arrebatamiento. Ya pensó usted quedar en este mundo, si teniendo la Presencia de Dios ya es difícil, ahora imagine no tenerla. No desaproveche la oportunidad, permanezca en la fe, trabaje en ella para que crezca, no la descuide, pues quien tiene la fe auténtica tiene el Espíritu Santo y Él es el único que le puede sostener para enfrentar y vencer todas las adversidades y considerar la prioridad que es su salvación.
Dios les bendiga.
