Fuente que da vida

La Palabra de Dios dice: Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. (Juan 4:13,14). La mujer con la que el Señor Jesús estaba hablando era extremamente religiosa, tanto que quiso discutir opiniones acerca de la religión con el Señor Jesús, como lo muestra la Biblia en Juan 4. Aunque la señora tenía amplios conocimientos religiosos que le daban la oportunidad de discutir y hablar de la religión, ella era una mujer fracasada, problemática y frustrada. Eso se muestra al describir la Biblia que ella había tenido 5 maridos y se encontraba en la sexta relación con un hombre que no era su marido y era una mujer infeliz. Ella no era una fuente donde brotará agua que daba vida, era lo contrario.

Cuando uno es una fuente de agua que de ella brota agua viva, es porque se ha recibido el Espíritu Santo, se ha nacido de nuevo, por lo tanto, no se es una persona problemática, porque incluso el entorno donde uno está cambia. Es bueno analizar si nosotros hemos sido una fuente que de ella brota agua que da vida. Las siguientes preguntas le pueden ayudar a verificarse a usted mismo: ¿qué tipo de relación ha tenido con el Espíritu Santo?  ¿Ha buscado tener una relación más estrecha e íntima con Él?

Le voy a mencionar un ejemplo: en un matrimonio puede existir una buena comunicación, puede haber sentimientos mutuos, existir concordancia en los pensamientos, los bienes son de ambos, etc. Pero, si en el matrimonio no hay intimidad sexual, de nada sirve. De la misma manera es con Dios, Él quiere tener una comunión íntima con quienes Él les ha dado de Su Espíritu. Esto es, Él quiere tener control de su vida total de nuestras reacciones y acciones.

Son muchas las personas que, aún teniendo el Espíritu Santo, no han tomado posesión de la vida plena, que Dios promete, y es por falta de esa comunión íntima con Dios. Esto se puede comprobar en la reacciones cuando se pasa por problemas, luchas, pruebas, tentaciones, etc.  La reacción es comenzar a murmurar, lamentarse, dudar, desconfiar… Es ahí que viene el fracaso, cuando se entrega al porqué, a las dudas, a los miedos y a la ansiedad. La victoria o la derrota dependen mucho más de las reacciones que de las acciones. Cuando la reacción es de manera negativa, es ahí que viene la derrota y fracaso.

Por ejemplo, cuántas son las veces que en alguna ocasión nosotros nos enojamos, por algo que una persona hizo equivocadamente, las ganas de decir algo es latente, pero tenemos que tener cuidado con nuestra reacción y es preferible quedar callado. Y esto no es por falta de sinceridad, sino que tenemos que hacer como la Palabra nos orienta y ella dice que hasta la corrección tiene que ser hecha con amor, porque si usted dice una verdad con odio, va a perder por haber reaccionado de esa manera. Cuántas veces la reacción de alguien puede ser de orgullo, permite que el odio le domine, comienza a tener malos ojos, etc. Quien es fuente de agua que da vida, tiene buenos ojos y no desiste de las personas problemáticas, porque cree que Dios también las transformará.

El Señor Jesús tuvo paciencia con esa mujer, aún ella cuestionándole y queriendo debatir sus conocimientos religiosos, Él Señor Jesús estaba ahí para mostrarle un cambio de vida. Ella estaba en una relación que no era correcta, pero después de ser tocada por el Espíritu Santo, se arrepintió y su vida cambió. Porque sólo recibe el Espíritu Santo quien se arrepiente. En los días actuales es lo mismo que acontece con quienes asisten a una iglesia, la persona fue sanada, fue bendecida económicamente, etc. Pero si ella no recibe el Espíritu Santo, continuará siendo una persona problemática.

Dios nos dio Su Espíritu para irnos perfeccionado a cada día y cuanta paciencia Él nos ha tenido, porqué nosotros no tener esa paciencia con los demás que incluso nos han hecho daño. Nuestro perfeccionamiento viene a través de los problemas, luchas, tentaciones, pruebas, etc. Para quien no es fuente de agua que da vida, un problema pequeño, lo ve como un problema grande, en si nosotros damos lo que llevamos dentro de nosotros. ¿Cuántas veces nosotros podríamos estar atrasando la obra que estaba Dios por realizar en nuestra vida? Por el hecho de no haber escuchado la voz del Espíritu Santo y nos terminamos convirtiendo en fuente de agua sucia y no de agua limpia y viva.

Estamos comenzando el ayuno de Daniel, le oriento a que busque tener esa intimidad con Dios y si no tiene el Espíritu Santo, luche por recibirlo, cuide de su alma. Nuestra salvación no está en lo que hacemos, sino en quienes somos delante de Dios. Busque en Dios cuáles son sus planes para su vida y pida al Espíritu Santo para mostrarle y orientarle cómo ser una fuente de agua de vida. Y eso le llevará a que otras personas a través de usted también sean edificadas espiritualmente, su influencia espiritual para los demás será positiva, porque de usted brotará una fuente de agua que da vida.

Dios les bendiga.

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