Cada día, la exposición y promoción de conductas sexuales en niños, conocida como hipersexualización infantil, se vuelve más normalizada por parte de algunos adultos. La hipersexualización puede conducir a un comportamiento sexual precoz entre los jóvenes. Fascinados por las imágenes que ven en la televisión y en Internet, a veces adoptan comportamientos tomados de la sexualidad adulta sin tener la madurez necesaria para afrontar las situaciones que pueden surgir.
Por ejemplo, muchas niñas y niños están influenciados por la pornografía, a la que se puede acceder fácilmente en línea, y muchos quieren reproducir las imágenes que ven allí en su vida personal. Como resultado, las niñas siguen siendo cosificadas en los roles que se proyectan sobre ellas y continúan siendo victimizadas. Dado que se considera genial que un niño sea sexualmente activo y se jacte de ello, muchos de ellos también sentirán presión para desempeñarse sexualmente y probar diferentes prácticas sexuales, a veces con múltiples parejas.
Tenga en cuenta que la hipersexualización es un fenómeno social, lo que significa que las críticas deben dirigirse contra las imágenes sociales, culturales y mediáticas, no contra los niños afectados por ellas. Los adultos tienen la responsabilidad de ayudar a los jóvenes a comprender que ciertas imágenes que circulan en el espacio público representan situaciones que deberían permanecer privadas.
