La mente

La mente es la única puerta que el diablo tiene para hacer fluir todos sus designios porque es en ella que se concentran los pensamientos y las ideas.

Nunca podemos olvidarnos que satanás, siendo un espíritu cruel, sólo trabaja con pensamientos que producen dudas, incertidumbre, miedo, desconfianza, en fin, todo aquello que provoca inestabilidad emocional y consecuentemente espiritual. Es muy difícil controlar los pensamientos cuando ellos no están unidos a Dios, sea a través de la oración continua de la lectura de la Sagrada Escritura o de libros debidamente seleccionados que edifican el alma.

El mundo está hecho de ideas: Las buenas ideas producen beneficios, pero las malas ideas producen pérdidas. Cuando las ideas nacen de un corazón totalmente entregado a Dios y son fundamentadas en la Palabra de Dios, entonces producen frutos para la vida eterna. Y es justamente así, que el Espíritu Santo desea usar a Sus discípulos, para que estos puedan captar Sus ideas y enseguida ejecutarlas en este mundo. ¡Y es así como el diablo también ha usado a sus hijos!

¡El dicho popular que dice: “la mente vacía es oficina de satanás”, ¡es la más pura verdad! Muchos hombres y mujeres de Dios han fracasado en sus respectivos ministerios, exactamente porque están dando lugar a que el diablo pueda incubar en sus mentes sus ideas infernales. Es por eso que el cristiano necesita estar siempre alerta, vigilando todo el tiempo para ver si sus pensamientos proceden de Dios o del diablo.

El Señor Jesús dijo:

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.”

Mateo 26:41

¡Esta vigilancia no es con los ojos físicos sino con los ojos espirituales! En cuanto permitimos que nuestra mente se distraiga con las cosas pasajeras de este mundo, y además tenemos el corazón inmerso en ilusiones; satanás trabaja en el ataque con novedades, siempre intentando plantar ideas que aparentemente son buenas al corazón y agradables a la inteligencia.

Si no hay una resistencia inmediata hacia aquel pensamiento, será casi seguro que profundice en el corazón y produzca frutos venenosos.

Todos los discípulos del Espíritu Santo deben estar alerta con todo lo que llega a sus mentes. La persona puede ser muy espiritual y a la vez, dejarse llevar por pensamientos diabólicos. Por ese motivo hay que vigilar permanentemente, cuestionando siempre los propios pensamientos, verificando siempre si están de acuerdo con la palabra de Dios y si es posible, eliminar toda y cualquier duda.

De una cosa podemos tener la más absoluta certeza: ¡Cuando los pensamientos vienen del Espíritu Santo, siempre estarán absolutamente de acuerdo con los pensamientos de Dios escritos en la Sagrada Biblia!

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