La mujer y el dragón (parte 1)

«Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá como vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono» (Apocalipsis 12:1-5).

Esta gran señal en el cielo, es decir, esta mujer vestida de sol, tiene todo el perfil del Estado de Israel. Y el fundamento de eso es que la «mujer Israel», en los tiempos finales, estará nuevamente es destaque, así como en destaque está el final de los tiempos. Nosotros sabemos que el contagio regresivo del fin de los tiempos comenzó en 1948, cuando el Estado de Israel fue fundado nuevamente. Israel es el religió mundial de Dios, por lo cual todos los cristianos deben ser orientados, en relación al final de los tiempos.

La mujer con vestido de sol representa todo Israel, pues la corona con las doce estrellas en la cabeza, muestra que todo el universo, el sol, luna y estrellas, están subordinados a la vocación de Israel. Y no fue exactamente eso que Dios quiso mostrar a Abraham, cuando le dijo: «Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia» (Génesis 15:5).

Eso no quería sólo decir que la descendencia de Abraham sería innumerable, pero también que todo el universo estaría subordinado a su llamada. Ahora nosotros podemos entender porque Josué tiene fe para subordinar el sol y la luna, y hacerlos retenidos por casi veinticuatro horas, de acuerdo con los objetivos estratégicos de Israel, con el fin de tomar posesión de la Tierra Prometida.

Y no solamente eso, sino todos los milagros extraordinarios realizados por los grandes hombres de Dios, contradicen todas las leyes de la naturaleza, tales como: el nacimiento de Isaac, las diez plagas de Egipto, la separación de las aguas del Mar Rojo, la separación de las aguas del río Jordán, el maná, las codornices, agua de la roca de Refidim, en fin, cosas espantosas, magníficas y extraordinarias acontecen con mujeres y hombres descendientes del patriarca Abraham. Y todo eso se sucedió en función de Israel, el pueblo escogido de Dios. Y de todos los milagros extraordinarios que acontecerán con los descendientes de Abraham, el más maravilloso fue el del nacimiento de nuestro Eterno Rey y Señor Jesucristo.

Continuará…

Si le interesa lea también: La séptima trompeta (parte 4)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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