La Segunda Trompeta De Juicio

«El segundo ángel tocó la trompeta, y hubo granizado y fuegos mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre» (Apocalipsis 8:8-9).

No podemos precisar lo que significa: «una gran montaña ardiendo en llamas fue tirada al mar», pero podemos imaginar que un meteoro puede estar en cuestión. ¿Y si eso es verdadero, entonces como el apóstol Juan podría llamarlo? Lo probable es que él no tenga conocimiento del nombre de aquello que él vio. Sea lo que sea, lo más importante en nuestro análisis es la destrucción que ese juicio causará. La tercera parte de la tierra, de los árboles y de toda hierba verde ya fue quemada; ahora es la vez del mar que pierde la tercera parte de la vida que hay en él, a causa de la sangre causado por aquello que es como una gran montaña. Nuevamente volvemos al pasado, pues él siempre proyecta su luz para los días apocalípticos:

«Y Moisés y Aarón hicieron como el Señor lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. Asimismo, los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto» (Éxodo 7:20-21).

Es interesante como la semejanza entre esa plaga de Egipto y el sonido de esa segunda trompeta. Parece que Dios quiso decir dejar un pequeño ejemplo de aquello que está reservado para todo el mundo. Además de eso, en el ejemplo de esa plaga nosotros podemos concluir que Dios no precisa de meteoros, bombas o cualquier instrumento para realizar Sus intentos.

La masa en llamas lanzada al mar, no sólo matará la tercera parte de los peces, sino también provocará maremotos que, a su vez, irán a causar daños terribles a un tercio de todas las embarcaciones. Ese período cruel durante la Gran Tribulación pertenece al día del Señor, que tendrá inicio después del arrebatamiento de la Iglesia. Sobre el día del Señor, el profeta Isaías dice:

«Porque día del Señor de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; “sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. La altivez del hombre será batida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo el Señor será exaltado en aquel día. Y quitará totalmente los ídolos. Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible del Señor, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable del Señor, y por el resplandor de su majestad, cuando e levanta para castigar la tierra» (Isaías 2:12-21).

Continuará…

Si le interesa lea también: La Primera Trompeta De Juicio (Parte 2)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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