La Visión Del Trono De Dios (Parte 2)

El apóstol inicia su descripción de este capítulo diciendo «después de esto», esto es, después de que es Señor Jesús se haya revelado como realmente es y no como el mundo Lo representa, y haber hecho una radiografía de Su Iglesia, simbolizada por las siete Iglesias de Asia, Juan, entonces, afirma haber visto una puerta abierta en el cielo y oído la voz del Señor Jesús, invitándole a subir a fin de poder mostrarle lo que debe acontecer después de estas cosas. En seguida, en espíritu y ya en el cielo el apóstol, tiene inmediatamente vuelta para el trono y sobre él, Alguien sentado. Este hecho importante sugiere que la primera cosa a saber sobre el Cielo es que es la habitación del Altísimo, y que Dios ejerce absoluta autoridad sobre todo el universo. Ese es el mensaje que el Señor nos pasa cuando nos muestra primeramente el trono y que Alguien está sentado, o sea, el propio dios. El apóstol no describe la Persona de Dios, más asemeja Su aspecto al de la piedra de jaspe y cornalina; la piedra de jaspe, según Apocalipsis 21:11.

Es descrita como preciosísima y cristalina, mientras que la cornalina es roja. Es bueno resaltar que fue imposible para el apóstol pintar el retrato de Aquel que estaba sentado en el trono, así como es para quien quiere que sea crear una imagen de Dios para el mundo. Además, el propio Dios había dicho para Moisés: «Dijo más: No podrás ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá» Éxodo 33:20. En la verdad, lo que el Señor Jesús quería dejar bien claro para Su siervo no era la fisonomía clara de Su Padre, más la figura de la Autoridad Suprema de todo el universo, inclusive los cielos. Por eso el aspecto de Aquel que se encuentra en el trono era algo apenas semejante y no igual.

Todavía, sobre la visión del trono, existen algunos estudiosos que piensan que el Señor Jesucristo es Quien está sentado en él y que la piedra de jaspe y de cornalina son símbolos de Él. Y ellos dan la siguiente explicación: En el libro de Éxodo 28:15-21, se ve que el pectoral del sumo sacerdote tenía doce piedras preciosas, distribuidas en cuatro filas, y entre ellas estaban el jaspe y la cornalina. Cada una representaba una tribu de Israel; la piedra de cornalina, cuyo color es rojo como la sangre, tenía el nombre de Rubén, el primogénito de Israel. Eso sugiere el simbolismo del Señor Jesús, primogénito de toda la creación Colosenses 1:15 y del derramamiento de Su sangre en el calvario a favor de la humanidad.

La piedra de jaspe, clara y transparente, en el pecho del sumo sacerdote era la última, y tenía grabado el nombre de Benjamín, la última de las tribus de Israel. Eso también sugiere el simbolismo del Señor Jesús que es el Alfa y el Omega, el Primero y el Último, añaden además los que piensan así que, así como la cornalina habla de la expiación y de la primera venida del Señor, el jaspe, piedra clara y cristalina, habla de la victoria, o sea, de la segunda venida del Señor.

Continuará…

Si le interesa lea también: La Visión Del Trono De Dios (Parte 1)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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