La Visión Del Trono De Dios (Parte 1)

«Después de esto miré y he aquí una puerta abierta en el cielo; la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá y yo te mostraré las cosas que sucederán después de éstas.

Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a esmeralda.

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas con coronas de oro en sus cabezas.

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.

Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.

Y el primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.

Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se “postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:

Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas» (Apocalipsis 4).         

Es justamente en este capítulo que comienza la parte profética del Apocalipsis y en él el apóstol Juan describe el Trono donde Aquel que vive para siempre está sentado. Quiere decir: hasta el capítulo 3 el Señor dio al apóstol la visión de la tierra, esto es, la de las siete iglesias de Asia, sin embargo, ahora El comienza dándole la visión del trono de Dios en el cielo, y a partir de ahí la visión de las cosas que en breve van a acontecer. El Apóstol usa la palabra «como «, para establecer un paralelo de las cosas que él estaba viendo en el cielo con las cosas de aquí, de la tierra, una vez que él no tenía palabras para describir su visión celestial, una vez que las cosas celestiales son totalmente nuevas para las personas que viven aquí en la tierra.

Imaginemos, por ejemplo, una persona que vivió durante decenas de años en el campo; todo su conocimiento está restringido a aquella región, y cuando él es llevado por primera vez a una ciudad, cuáles serían sus palabras para describir, por ejemplo, un avión. Ciertamente ella lo describiría como un gran pájaro de hierro. Ella no usaría la palabra avión, más algo como lo que ella conoce muy bien. Así también el apóstol procura asemejar las cosas que él vio con las cosas de la tierra. Por eso, él se refiere a la voz del Señor como sonido de trompeta. De la misma forma con referencia a Aquel que se encontraba sentado en el trono: Su aspecto semejante a la piedra de jaspe y de cornalina.

Continuará…

Si le interesa lea también: Carta a la iglesia de Laodicea (Parte 6)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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