Las mentiras sobre el infierno (Parte I)

Cada segundo, miles de personas en el mundo parten hacia la eternidad. ¿Cuántas entran en el descanso de Dios y cuántas van al infierno?

Cada segundo, miles de personas en el mundo parten hacia la eternidad. ¿Cuántas entran en el descanso de Dios y cuántas van al infierno?

Tal vez, usted que lee este libro esté encaminándose al infierno. Su alma corre gran peligro si no abraza su oportunidad de salvación. Por eso, la alerta:

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, como en el día de la prueba en el desierto (Hebreos 3:7-8).

Todas las oportunidades son dadas hoy, en vida.

El mayor trabajo de Satanás es engañar a las personas con sus falacias, con sus mentiras. Una de ellas se refiere a la inexistencia del infierno. Muchos piensan que el infierno no es un lugar real sino una invención de las religiones para amedrentar a las personas. Ya oí a personas decir que el infierno es aquí mismo. “¡Aquí se hace, aquí se paga!”. Sin embargo, eso tampoco es verdad. Existe la ley de la siembra —o sea, lo que sembramos, vamos a cosechar—, solo que las consecuencias de una vida sin Dios repercutirán, sobre todo, en la eternidad.

Existe quien piensa que, después de la muerte, el alma entra en un sueño profundo y no ve nada más. Lo que tampoco es verdad, pues, en la eternidad, todos estarán conscientes y despiertos siempre.

Incluso están aquellos que no creen en la existencia del alma, aunque las Escrituras hablen sobre ella del inicio al fin.

Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a Aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno (Mateo 10:28).

Otra falsa doctrina es la del aniquilamiento del alma; o sea, algunos creen que, en algún momento, el alma dejará de existir, contrariando fragmentos bíblicos que enfatizan “por siempre” diversas veces:

Y el diablo, el que los había seducido, fue arrojado al lago de fuego y azufre donde, en compañía de la bestia y del falso profeta, sufrirá tormento por siempre, día y noche sin cesar (Apocalipsis 20:10 BLP).

Están aquellos que piensan que Dios es tan amoroso que no condenará a nadie al infierno. Están absolutamente engañados. Dios es amor, pero también es justicia. Su rectitud exige una retribución a los que fueron incrédulos con respecto a Su Palabra.

Están además aquellos a quienes les enseñaron a creer en el purgatorio. Ese invento religioso habla de una purificación después de la muerte, hecha por las oraciones e intervenciones de los parientes vivos. Es decir, las personas pueden morir sin estar preparadas, sin la “santidad necesaria”, pues recibirán una supuesta segunda oportunidad. Observe que, mientras que la religión muestra un tipo de “última oportunidad” para un mentiroso o idólatra, por ejemplo, la Biblia afirma que será conducido directamente al infierno por falta de arrepentimiento.

Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira (Apocalipsis 22:15).

Continuará…

Si le interesa lea también: ¿Por qué Dios creó el infierno?

Libro: Secretos y Misterios del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo

Share This Post

More To Explore