DOMINGO 17 DE DICIEMBRE, 23

Las promesas de Dios

La Palabra de Dios dice: Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá?”. Numero 23:19. Aunque no todos los seres humanos cumplen cuando se comprometen con algo o son fieles, a todas las personas nos gusta tratar con personas que son fieles y que cumplen con el compromiso que han asumido. Si el ser humano, aun siendo fallo y pecador, se disponen a cumplir con su Palabra, aún más Dios cumplirá con Su Palabra porque Él es Santo. Normalmente, el pensamiento de las personas en relación a Dios es que Dios es el Todopoderoso, pero más importante y fuerte que ser poderoso es que Él es Santo.

Este versículo muestra que no hay ningún ser humano más verdadero y fuerte que Él.  Estas palabras llevan a la pregunta, ¿por qué existen personas que, aun creyendo en Dios, no han tomado posesión de lo que Él ha prometido?

En otra parte del texto bíblico, el Espíritu Santo, a través del apóstol Pablo, afirma lo siguiente: Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre ustedes por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no fue sí y no, sino que ha sido sí en Él. Pues tantas como sean las promesas de Dios, en Él todas son sí. Por eso también por medio de Él, es nuestro Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros”. 2 Corintios 1:19,20. La gloria de Dios se manifiesta por medio de nosotros, los humanos, y lo hace cuando los demás miran en nuestra vida las promesas de Dios cumpliéndose.

DOMINGO 17 DE DICIEMBRE, 23

Debemos considerar de alta importancia lo siguiente: Una promesa hecha por Dios, es promesa cumplida. En el pasado la tierra prometida, para el pueblo de Israel, era llamada, “tierra de las promesas cumplidas”. A causa de eso está escrito en Josué 21:45 “No faltó ni una palabra de las buenas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel. Todas se cumplieron”. Esto debería ser también una realidad en la actualidad, pero cuántas personas que se encuentran en la iglesia y no ven las promesas de Dios cumpliéndose en su vida. Cuántas son las personas que en el momento que ellas pasan por una persecución, injusticia, las luchas, o cuando sufren ataques espirituales terminan siendo derrotadas y fracasadas.

El hecho de que una persona busque de Dios o sea de Dios, no impedirá que ella pase por todo lo mencionado anteriormente. Quien tiene a Dios en su vida, también pasa por luchas, pruebas, persecuciones, injusticias, incluso las pasará dentro de la iglesia… Pero, en todo lo que una persona de Dios pase, Él permitirá que las promesas de Dios se cumplan en la vida de ella y se convierta en un testimonio, pero el cumplimiento no será automático. Cuando eso suceda, se tiene que manifestar la fe porque en caso contrario, se sufrirá derrota.

Es por eso la importancia de que cuando usted se encuentre pasando por una lucha, no murmure, no reclame, no cuestione, no se entregue a las emociones, etc. No es por casualidad que Dios nos dejó escrito: “Diga el débil, fuerte soy”, y usted vencerá a través de la fe. Usted se vencerá a usted mismo, a este mundo y a satanás y a todos sus demonios. En lo posterior, se tomará posesión de lo que está prometido.

La nueva Canaán es considerada también la tierra de las promesas cumplidas. Las promesas de Dios no es una posibilidad, sino es una verdad. Con Dios no hay probabilidad de algo salir mal. El pueblo de Israel no tomó posesión de la Tierra prometida en el momento porque vivía murmurando, aun viendo tantas señales por parte de Dios dudaron y eso es pecado. Si Dios promete algo en su Palabra, crea que se cumplirá porque Él es fiel.

DOMINGO 17 DE DICIEMBRE, 23

Cuando confiamos en Dios y nos lanzamos no tan solo de palabras, sino de hecho y de verdad, uno se pone en la dependencia total de la Palabra de Dios y Él nos da la garantía de que Su Palabra se cumplirá. Es normal que, en el momento de las luchas, quieran venir las dudas, la ansiedad, la preocupación, el miedo, etc…, pero, uno los vence a través de la fe. Todo va a depender de la manera que se reaccione y que se rechace la voz del diablo que usa todo aquello que quiera hacerle desistir. Cuando usted es controlado por los pensamientos y sentimientos malignos, se torna en un derrotado y eso llevará a Dios a ser deshonrado.

Quienes viven por la fe, no viven en la dependencia de los sentimientos, sino solo viven en la dependencia de Dios.  “Pero aquel cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas”. Hebreos 7:6. Este pasaje habla cuando Abraham venció a miles de hombres con apenas 318 hombres. Lo que era imposible aconteció y él fue bendecido por Melquisedec. En otras palabras, Jesús lo bendijo porque Él actuó de acuerdo con las Promesas.

Cuando uno reacciona de acuerdo con las Promesas de Dios, uno obtiene las bendiciones de Él y toma posesión de las Promesas. Tomar posesión de las promesas significa que todo lo que es considerado imposible, acontecerá en nuestra vida. Si usted quiere que lo que es de Dios acontezca en su vida, usted necesita actuar su fe, de acuerdo con la Promesa que es la Palabra de Dios. Despréndase de su propio querer y póngase a la disposición de Dios para que Él haga Su voluntad en su vida y usted verá las promesas de Él cumpliéndose en su vida.

Dios les bendiga.

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